Manifestantes de la oposición se enfrentan con la policía que bloquea su marcha en Venezuela. (Foto: AFP).
Redacción EC

Caracas [AFP/El Nacional]. Funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales, detuvieron este martes al diputado a la Asamblea Nacional, Renzo Prieto, tras la marcha encabezada por el líder opositor , , hacia el Palacio Legislativo.

El diputado se hospedaba en The Hotel, en el Rosal. La FAES entró al inmueble portando armas largas.

Con el parlamentario también se encontraban Ángel Torres y Zandra Castilo, quienes están arrestados en contra de su voluntad. Se llevaron a los tres funcionarios públicos en brigadas motorizadas y patrullas.

La diputada Sandra Flores-Garzón informó en Twitter que los agentes de seguridad requisaban a quienes acompañaron hoy en la marcha a Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela. Los funcionarios destruyeron las habitaciones de los parlamentarios y les robaron todas sus pertenencias.

“En este momento llega la FAES con armas largas al hotel donde nos encontramos los diputados”, dijo.

Asimismo, Juan Pablo Guanipa, primer vicepresidente de la AN, criticó el hecho. “¿Si las voces necrológicas de esta dictadura dicen que no tenemos capacidad de movilización, que hacen las FAES, que a tanta gente han matado, persiguiendo y deteniendo a diputados? ¿Están ardidos?”, publicó en Twitter.

Más temprano, miles de personas comenzaron a marchar con Guaidó a la cabeza en Caracas, aunque la concurrencia fue lejana a las masivas movilizaciones de principios del 2019.

Cuando apenas habían recorrido unas pocas cuadras, una barricada de agentes policiales con equipos antimotines les cortó el paso por una calle, mientras que un carro blindado bloqueaba otra avenida.

“Este piquete no representa a Venezuela, este piquete representa la dictadura”, gritó Guiadó ante las fuerzas de seguridad.

Cuando quiso dialogar con los agentes, estos dispararon gases lagrimógenos y la multitud empezó a alejarse rápidamente del lugar. Algunos jóvenes con el rosto cubierto lanzaron piedras y palos contra los efectivos.

“Ya llegará el momento, más organizados (...), de llegar a donde tenemos que llegar”, dijo minutos después Guaidó, desde una plaza cercana a los incidentes, descartando que la marcha intentara continuar hacia el Palacio Federal Legislativo, en el centro de la ciudad, el punto de destino que había fijado.

Con el rostro aún manchado por una sustancia para protegerse de los gases, Katherine Croquer, una chef de 54 años, se fue sin sentirse amedrentada.

“Que pase esto me duele, pero yo me siento con más valor, con más ganas de seguir protestando”, dijo a la AFP Croquer, cuyo hijo de 26 años está a punto de emigrar a España.

Un informe de la ONU divulgado este martes indicó que desde finales del 2015, casi 5 millones de venezolanos emigraron para escapar de un derrumbe económico que parece no tener fin.

Cobardes

Guaidó, jefe de la unicameral Asamblea Nacional, se dirigió junto a otros legisladores y manifestantes hacia la plaza Alfredo Sadel y allí prometió apoyar todas las movilizaciones de sindicatos de trabajadores y estudiantes.

“No hay que tener miedo (...). Este pueblo no tiene miedo, este pueblo no va a retroceder (...), este no es un país de esclavos”, arengó.

“Unificaremos todas las luchas contra la dictadura”, dijo Guaidó, jefe del parlamento y reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países que consideran fraudulentas las elecciones que mantuvieron a Maduro en el poder.

Segundos antes de que los agentes dispararan sus armas lanzagases, Guaidó llegó a pedir aplausos para los presidentes de Brasil, Jair Bolsonaro; Colombia, Iván Duque; y Ecuador, Lenín Moreno, por el respaldo político que le brindan.

“Marea roja”

Como ocurre con cada protesta de la oposición, el chavismo realizó simultáneamente una “contramarcha”.

En el centro de Caracas, un feudo del oficialismo, una multitud mayoritariamente vestida de rojo repudió a Guaidó como “traidor” por considerarlo instigador de las sanciones petroleras que Estados Unidos impuso a la ya debilitada industria petrolera venezolana.

La marcha era un test para Guaidó. La respuesta popular a sus actos fue cayendo a lo largo del año pasado al no concretarse su promesa de desplazar a Maduro del poder.

En contrapartida, su apoyo en el exterior creció y el propio Trump prometió “aplastar” a Maduro.

Trump impuso severas sanciones petroleras a Venezuela que comprometen la casi única fuente de recursos de un país ahorcado por la hiperinflación, el derrumbe de su PIB y con servicios públicos básicos -como el de electricidad- en estado crítico.

Maduro considera criminales las sanciones de Trump y acusa a Guaidó de ser parte de una “guerra” tramada por Estados Unidos con apoyo de Brasil y Colombia.

Guaidó reconoció que hay una relación entre sus movilizaciones y sus contactos con Trump y los que el estadounidense mantuvo bilateralmente en los últimos días con los presidentes de Brasil y Colombia.

“Claro que tiene correlación”, dijo Guaidó sobre esas entrevistas de Trump. Todo “tiene correlación con cada uno de los ejercicios que estamos haciendo”, admitió el lunes.

“No es nuevo”

La convocatoria opositora se hizo casi exclusivamente a través de las redes sociales. La prensa denuncia censura en medios de comunicación y muchos sitios de la web críticos o independientes son bloqueados.

Soldados y carros blindados fueron vistos a primera hora del martes en varias zonas de Caracas. El gobierno dice que es parte de los aprestos para una eventual agresión extranjera. La oposición, en cambio, sostiene que se busca amedrentar a los manifestantes.

“No es nuevo lo que hace la dictadura, contramarchas, amenazas, sacar a las calles vehículos militares. Es el esquema”, dijo Guaidó.

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