"En nuestro país, los presuntos agresores no han visto sanciones ejemplares" (Ilustración: Víctor Aguilar/ El Comercio).
"En nuestro país, los presuntos agresores no han visto sanciones ejemplares" (Ilustración: Víctor Aguilar/ El Comercio).
/ Víctor Aguilar Rúa
Camila   Zapata

Ha pasado casi un año desde que Andy Polo agredió, según la denuncia de su expareja Génessis Alarcón, a esta y a sus hijos: “Me jaló el cabello, me caí al piso, me metió un cachetadón y me puso todo el ojo morado”. El club del futbolista, el Portland Timbers de la Major League Soccer, tenía conocimiento del hecho, pero no tomó acciones inmediatas. Esta semana, Alarcón brindó nueva información y, finalmente, el equipo de Polo y la liga estadounidense decidieron rescindirle el contrato e impedirle jugar hasta que concluyan las investigaciones. Aunque tarde, hubo sanción ejemplar.

No es el caso de todos. El último 24 de enero, Jean Deza fue anunciado como nuevo fichaje del Club Unión Huaral. El futbolista registra desde el 2015 nueve denuncias por violencia física, psicológica y económica. Su única sanción ha sido cumplir jornadas de servicio comunitario y pagar S/500 de reparación por agredir físicamente a su exesposa.

En enero del 2021, Alexi Gómez fue denunciado por maltrato psicológico contra una niña. El 14 de mayo del 2020 ya había sido denunciado por violencia familiar. El parte policial registra que agredió físicamente a su exconviviente en tres ocasiones. Empujones, jaladas de cabello, arañazos en el rostro y golpes en los senos. Tiempo atrás, Gómez había sido denunciado por otra exesposa. A fines del 2021, la justicia peruana falló a favor del futbolista, que impuso una demanda por difamación. Se ordenó que Alexi Gómez recibiera S/20.000 de indemnización. En la actualidad, su carrera sigue vigente.

Luis Campos, Gino Guerrero, Christian Adrianzén, Johan Arango y Omar Tejeda son futbolistas que se vieron envueltos en denuncias por violación sexual. La mayoría continuó en actividad en el campeonato peruano luego de ser acusados por sus víctimas. Todos fueron absueltos mientras afrontaban las investigaciones en libertad.

A nivel mediático, hemos visto cómo la palabra del futbolista cobra mayor importancia en el desarrollo de la noticia. En el caso de Gino Guerrero, al ser acusado por intento de violación por una adolescente de 15 años, diversos medios recogieron los testimonios del abogado que argumentaba que “se hizo un escándalo y que las autoridades se asustaron”, mientras un familiar cercano a la víctima aseguraba que “no fue un abuso porque ella no se hace respetar, aunque es menor de edad, ella estuvo mal”.

En casos de violencia sexual siempre hay dos versiones enfrentadas. En nuestro país, los presuntos agresores no han visto sanciones ejemplares. Incluso han salido victoriosos. El no ha podido desprenderse del machismo. No existe política ni procedimientos disciplinarios para jugadores acusados de en el Perú.

La pregunta es si los clubes peruanos seguirán tolerando la violencia al incorporar entre sus filas a jugadores con denuncias. Al hacerlo, son cómplices.