En una de sus tantas apasionadas charlas, Marcelo Bielsa resumió qué es lo más importante en el fútbol: “Lo único insustituible son los hinchas”. El entrenador argentino del Leeds United, al que llaman ‘Loco’, argumentó con lucidez que jugadores y técnicos ganan dinero por hacer un trabajo, que pueden tener una pasión extraordinaria por su profesión, pero lo más genuino de este deporte sigue estando en los corazones de quienes llenan las tribunas cada fin de semana. Ese amor desinteresado por una camiseta hace girar este negocio millonario. Sin esos fanáticos la gran rueda se detendría. No existiría más.
- Piero Alva: “Aunque se molesten los hinchas antiguos, en realidad Nunes ganó lo que ganó por el puñete a Kopriva”
- Galileo Percovich, el portero que defendió hasta con los puños a Alianza y ahora trabaja en el fútbol de Inglaterra
¿Y qué pasará ahora que el coronavirus amenaza con vaciar definitivamente los estadios para que el show pueda continuar? La fidelidad de los hinchas no cambiará, no hay un resquicio de duda. El idilio se mudará de las tribunas hasta los hogares, frente a un frío televisor. Será algo así como ver jugar siempre a tu equipo de visitante, aunque la economía de los clubes se verá seriamente golpeada.
El gran efecto emocional recaerá sobre los futbolistas, aquellos artistas del balón que tendrán que hacer malabares para adaptarse a estos tiempos difíciles. Ya no jugarán para el aplauso ni serán empujados por el aliento de todo un estadio. Bajo esta nueva perspectiva, la burocracia laboral será una amenaza constante para quienes huérfanos de afecto deben encontrar nuevos estímulos para activar su creatividad. Sin esa adrenalina que ofrece el hincha, el combustible pasional de un profesional del balón sufre una merma importante.
Para saber qué siente un futbolista en estado de desamparo, a estadio vacío, bien vale la pena reproducir la experiencia de Martín Vázquez que consigna el periodista Diego Torres en su artículo publicado en “El País” de España. El exvolante del Real Madrid tuvo la desdicha de vivir con las pulsaciones bajas un duelo por la Copa de Europa contra el Napoli de Diego Maradona en 1987. La victoria 2-0 en un Santiago Bernabéu a puertas cerradas solo sirvió como anécdota en el nunca mejor llamado partido del silencio. “El fútbol va ligado al espectáculo. Cuando te falta público estás jodido. Te falta la chispa. Te faltan aquellos a quienes te debes. Te falta ese aplauso que esperas ganarte. Esa sensación de vacío, de tristeza, no tiene que ver con tu oficio… Es una sensación de ultratumba”, contó.
Sin dudas, la motivación del jugador está fuera de la cancha, en cada gesto de los hinchas en las tribunas, son ellos los que permiten que este juego sea un verdadero espectáculo. “Fue como jugar en el patio del colegio, entre compañeros. Fue una sensación fantasmagórica”, describía el delantero Emilio Butragueño ese ya famoso encuentro. Y ese parece ser el destino y el nuevo escenario que debe afrontar el deporte rey y al que debemos acostumbrarnos hasta que la ciencia sepa cómo vencer al coronavirus.
Estos momentos de angustia deben servir de reflexión para que los poderosos dueños del fútbol empiecen a valorar y no desangrar al bien preciado que tiene este deporte: sus hinchas. Sin ellos la caída del negocio será más letal que los efectos de una pandemia. Por ello es necesario desinflar ya un poco el globo para que este espectáculo sea menos elitista y más accesible para todos. En tiempos de crisis, aunque no deja de ser “una actividad exclusivamente recreativa, no productora de servicios esenciales”, como bien explicó el periodista y escritor argentino Dante Panzeri, el fútbol siempre asoma como una válvula de escape en los momentos más críticos.
MÁS EN DT...
- Liga 1: para los clubes profesionales es inevitable reducir los sueldos
- Víctor ‘Conejo’ Benítez, el único peruano en ganar la Champions League y anotar en un Boca-River
- La liga de Turkmenistán, país donde está prohibido decir coronavirus, se reanudará este fin de semana
- Manco aseguró que si comparte ofensiva con Farfán y Guerrero “cada uno haría cuatro goles”
- La Liga de Campeones de Asia, donde compite André Carrillo, no se jugará en mayo y junio