Iván Alonso

El congresista de , secundado por algunos colegas suyos de otras bancadas, ha presentado un superfluo, de primera impresión, e inocuo, de segunda, pero peligroso, en última instancia, por mercantilista y potencialmente inflacionario. Se trata del proyecto que, según su nombre lo indica, autoriza al (sic) a comprar oro en el mercado local. Un proyecto superfluo, se diría, porque el artículo 66 de su ley orgánica ya autoriza al BCR a comprar “divisas, oro y plata”.

Pero nunca hay que fiarse de los nombres que los congresistas les ponen a sus obras maestras. El proyecto no solamente autoriza al BCR a comprar oro, sino que, en la práctica, lo obliga a hacerlo porque le exige mantener, como mínimo, 25 toneladas de oro como parte de sus reservas. Hoy el BCR tiene unas 550.000 onzas, alrededor de 17 toneladas. Si el proyecto se convirtiera en ley, tendría que comprar otras 250,000 onzas, a un costo de más de US$500 millones, para cumplir con esa exigencia. La compra –en el mercado local, recordemos– lo obligaría a emitir cerca de S/2.000 millones. Una emisión de esa magnitud podría hasta considerarse inocua: no es más que el 2% del total de monedas y billetes en circulación. El problema es qué viene después.

Podría incrementarse en el futuro, por medio de otra ley, la tenencia mínima de oro a 30 toneladas y luego a 35 y luego a 40, obligando al BCR a seguir emitiendo soles para seguir comprando oro y desatando una espiral inflacionaria. No por el hecho de estar “respaldada” por oro deja de ser inflacionaria la emisión. La clave no está en el respaldo de la moneda, sino en la cantidad que la gente quiera atesorar, lo que los economistas llaman “la demanda de moneda”. Si la oferta excede a la demanda, cualquiera sea el respaldo que tenga, la moneda pierde valor.

Los beneficiarios de la ley no se van a quedar quietos, una vez que prueben que tienen un comprador asegurado para su producción. Seguramente otro proyecto promoverá el próximo año la compra de otras 250.000 onzas. Si el proyecto del Flores Ancachi se aprueba, el BCR terminará perdiendo el control de la política monetaria. Ojalá tenga más presencia de ánimo de la que ha demostrado el para llevar el caso al, de ser necesario.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Iván Alonso es Economista