Qué hubiera sido de este mundo sin el ego de Diego Velázquez, que se atrevió a meterse en un retrato de las hijas del rey y le dejó “Las Meninas” a la humanidad. O sin el de Diego Maradona, que lo hacía mover las piernas y la mano, si era necesario, para perpetrar una genialidad en la cancha. O sin la obsesión de los autores del boom, que los hacía escribir impresionantes obras para ser uno más genial que el otro.
Contenido sugerido
Contenido GEC