Andrés Oppenheimer

El dictador venezolano hace declaraciones disparatadas casi a diario, pero su reciente amenaza de invadir la vecina Guyana y tomar el control de sus fabulosas reservas petroleras no debe tomarse a la ligera.

Maduro está políticamente acorralado y puede utilizar una escalada militar contra Guyana como excusa para posponer las elecciones del 2024 en su país.

Igual que cuando la dictadura militar de Argentina invadió las Islas Malvinas en 1982, Maduro probablemente ha concluido que una invasión a la disputada región del Esequibo en Guyana, que la mayoría de los venezolanos consideran parte de su país, haría pasar las elecciones venezolanas a un segundo plano.

En días recientes, Maduro ha hecho amenazas explícitas de tomarse el Esequibo. En un discurso televisado el 3 de diciembre, Maduro sostuvo un mapa titulado “El nuevo mapa de la República Bolivariana de Venezuela” que incluye el área del Esequibo y anunció planes de crear un nuevo estado venezolano allí.

“El Esequibo es nuestro”, dijo Maduro en su discurso. Anunció la creación de una zona militar que incluye el territorio en disputa, y dijo que ordenará a la petrolera estatal venezolana, PDVSA, comenzar a explorar petróleo allí. Agregó que otorgará la ciudadanía venezolana a los 125.000 habitantes de la región.

Guyana pidió al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que exija que Venezuela respete las fronteras internacionales actuales.

Y la Embajada de Estados Unidos en Guyana anunció que el Comando Sur comenzó a realizar operaciones aéreas conjuntas en Guyana el 7 de diciembre.

Brian Fonseca, experto en América Latina de la Universidad Internacional de Florida, me dijo que “ciertamente existen motivaciones reales para que Maduro se apodere de esa región”.

Políticamente, Maduro ha sufrido recientemente una serie de derrotas. A pesar de controlar los medios de comunicación y prohibir que los principales candidatos opositores se postulen para la presidencia, la oposición llevó a cabo una elección primaria independiente en la que la dirigente de línea dura María Corina Machado ganó con el 93% de los votos.

Más importante aún, se estima que 2,3 millones de venezolanos participaron en las primarias de la oposición, mucho más de lo que esperaban sus propios organizadores. La alta participación le dio nuevos bríos a la oposición venezolana.

En un esfuerzo por recuperar la iniciativa, Maduro convocó a un referéndum nacional el 5 de diciembre sobre la anexión del Esequibo, pero salieron a votar muy pocos.

Contrariamente a la afirmación de Maduro de que votaron más de 10 millones de venezolanos, periodistas y observadores independientes señalan que las mesas de votación estaban casi desiertas. A lo sumo votaron 2,5 millones de personas, dicen varios encuestadores.

La popularidad de Maduro es del 14%, según una encuesta de ORC de setiembre. O sea, le resultaría difícil ganar una elección o incluso hacer un fraude que sea creíble para sus propios seguidores.

Militarmente, Guyana no es rival para Venezuela. Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Gran Bretaña, las fuerzas armadas de Venezuela tienen 123.000 soldados regulares y 400.000 miembros paramilitares.

En comparación, las fuerzas de defensa de Guyana tienen 3.500 soldados y 25.000 paramilitares. “Es una situación de David contra Goliat”, me dijo Fonseca.

Algunos expertos han especulado que Maduro ha revivido el conflicto del Esequibo para desviar la atención pública de su nueva ronda de represión.

La semana pasada, el régimen de Maduro emitió órdenes de arresto contra una docena de líderes opositores, incluido el expresidente interino Juan Guaidó, ahora exiliado, por “traición a la patria”. Se les acusa de presuntamente conspirar para arruinar el referéndum de Maduro sobre el Esequibo.

Otros expertos especulan que Maduro puede haber escalado el conflicto fronterizo para tener más cartas en la mesa en sus negociaciones con Washington sobre la flexibilización de las sanciones estadounidenses contra su régimen si Venezuela permite elecciones libres. Maduro sabe que el presidente Biden no querría una guerra en América Latina en un año electoral en Estados Unidos.

Todas estas teorías pueden ser ciertas. Sin embargo, el nacionalismo siempre ha sido el último refugio de los sinvergüenzas, y Maduro no es una excepción a la regla. La razón más convincente por la que Maduro amenaza con invadir Guyana es que sabe que perdería las elecciones y está buscando una razón para aplazarlas.


© El Nuevo Herald. Distribuido por Tribune Content Agency, LLC

Andrés Oppenheimer es periodista

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