La reforma y la contrarreforma, por Luis Quispe Candia
La reforma y la contrarreforma, por Luis Quispe Candia
Redacción EC

 LUIS E. QUISPE CANDIA 

Presidente de Luz Ambar

El poder y statu quo de la Iglesia Católica fue irrumpido violentamente por la reforma de Martín Lutero (1483-1546) que obligó a impulsar la contrarreforma y permitió el resurgimiento del catolicismo a partir del Concilio Ecuménico de Trento (1545). La controversia religiosa de apoyo y rechazo a esta se generalizó por toda Europa, hasta el fin de la guerra de los treinta años (1618-1648).

Toda reforma propone un cambio sobre una determinada situación social, económica, educativa, religiosa o cualquier cuestión que demande una urgente innovación. Para ello debe dejar los modos conservadores, retrógradas, obsoletos, perniciosos, por otros que propugnen el cambio en beneficio de la mayoría de la sociedad.

La reforma del transporte comenzó en Lima en el año 2001, a partir del viaje del alcalde Alberto Andrade a Bogotá  con un grupo de transportistas de avanzada para conocer de cerca el sistema BRT (Bus Rapid Transit) Transmilenio. A su retorno, puso en marcha la implementación del corredor segregado de alta capacidad (Cosac) ahora el Metropolitano, dejando ante su derrota electoral la “mesa servida” a su sucesor Luis Castañeda, quien en el 2010 inauguró el Metropolitano  con  retrasos y cuestionamientos. 

La alcaldesa Susana Villarán, asume la reforma del transporte como asunto prioritario de su gestión, que además la población reclama. Para enfrentar el caos del transporte, mayoritariamente a cargo de empresas afiliadoras (cascarón), pone en marcha el Plan de Promoción de la Inversión Privada mediante la concesión del servicio público de transporte de pasajeros en cinco corredores complementarios, rutas de integración, rutas de aproximación y rutas en zonas no atendidas. Así se consolidó el proyecto con la Ordenanza 1613, creando el Sistema Integrado de Transporte Público, que permitiría finalmente a los usuarios viajar haciendo transbordos con un solo pasaje. 

La implementación del corredor azul y el de la Av. Javier Prado fue apresurada, con diferentes falencias, sin que las condiciones garanticen su éxito. La opinión dividida de la población y la determinación del alcalde Castañeda al iniciar su tercera gestión (que con tono autoritario y de fastidio se preguntó ante la prensa “¿Cuál reforma?, ¡no hay nada!”) llevaron a la Ordenanza N° 1873 que acaba de publicar y que ha derogado la Ordenanza 1613, precisamente de la reforma del transporte y autoriza por tres años más las 418 rutas tradicionales. Dicho de otro modo, todo seguirá igual, y seguramente  a un año de finalizar su gestión escucharemos un nuevo proyecto de reforma, hasta que en el 2019 tendremos otra idea brillante que desconozca méritos a su antecesor.

La analogía con la reforma y La anarquía y el caos tienen un precio muy elevado, son vidas humanas, huérfanos y viudas. contrarreforma religiosa podría recordarnos que no se trata solo de excomulgar al adversario, sino más bien de reconocer las falencias, enmendar errores y avanzar hacia el cambio. Urge una sola autoridad autónoma técnica para Lima y Callao, como señala la Ley 27181, los alcaldes han claudicado y demostrado en más de veinte años de gestión su falta de capacidad e insensibilidad por permitir un servicio de transporte urbano deficiente e inhumano. La anarquía y el caos tienen un precio muy elevado, son vidas humanas, huérfanos y viudas, son cuantiosas pérdidas económicas de las víctimas y el Estado. Ante la inercia al cambio de parte de los alcaldes de Lima y Callao, el Ministerio de Transportes (MTC) o el Congreso de la República tienen la palabra.