Hace poco, cuando a la alcaldesa Villarán se le preguntó acerca de los retrasos en una de las obras que compete a su gestión, brindó una respuesta muy singular: “Las obras se terminan cuando se terminan bien”. Una salida algo burda para evitar admitir que en el proyecto al que se refería (al igual que en varios otros a su cargo) los plazos a los que se compromete la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) no deben ser tomados realmente en serio. Y es que ya son varias las obras en las que la MML ha sido incapaz de cumplir las fechas que ella misma había anunciado.
Empecemos con la ampliación de la vía troncal del Metropolitano hasta el distrito de Comas. La culminación de este proyecto fue prometida para julio del 2013 y fue postergada luego para diciembre. Hace dos semanas, sin embargo, se anunció que recién se entregaría en mayo.
Ahora bien, la postergación se explica por otra demora de la MML. Para que la ampliación se lleve a cabo, se deben pavimentar 7,5 kilómetros de la avenida Universitaria y se le debe agregar un corredor segregado para los buses troncales, obras que la MML aún no concluye. Dicho sea de paso, de continuar esta situación, el sistema de buses del Metropolitano seguirá sin alcanzar los aproximadamente 700.000 usuarios por día que necesita para ser sostenible.
Y ya que estamos hablando del Metropolitano, no podemos dejar de mencionar otra tarea pendiente de la MML. Las rutas alimentadoras que unen Naranjal con Carabayllo, Comas, Los Olivos y Puente Piedra se encuentran afectadas por la falta de señalización y por severos baches (que terminan dañando las llantas, la carrocería y los sistemas de amortiguamiento y dirección de los ómnibus por un costo estimado de S/.1 millón anual para cada una de las empresas operadoras, las cuales están considerando demandar al Estado por esta situación).
Pasemos ahora a la Costa Verde. Esta semana, el presidente de la Empresa Municipal Administradora de Peaje de Lima (Emape), Javier Sota Nadal, admitió que no se culminarían los trabajos del primer tramo del proyecto Costa Verde para Todos a finales de enero, como había anunciado la MML.
Además, tenemos el caso del proyecto de la Costa Verde Sur. Inicialmente, se prometió que su construcción concluiría a fines del 2011. Sin embargo, el proyecto se estancó debido a errores en la elaboración de los expedientes técnicos, cuya responsabilidad recaía en la MML. Posteriormente, la alcaldesa anunció que la obra estaría lista en diciembre del 2013, lo que, como todos sabemos, no sucedió. Según el señor Sota Nadal, el nuevo plazo, supuestamente definitivo, es abril de este año.
Por otro lado, también están los retrasos en la construcción de los túneles Santa Rosa y San Martín, los cuales unirán el Rímac con San Juan de Lurigancho. Estas obras están paralizadas desde el 2011 a raíz de unos derrumbes. A pesar de que la MML indicó que las obras serían retomadas a finales del año pasado, este proyecto sigue esperando ser atendido.
Finalmente, nos encontramos con la situación del mercado mayorista de La Parada. La MML aún no establece una fecha en la cual cerrarlo de manera definitiva, situación que, además, perjudica directamente la consolidación del mercado mayorista de Santa Anita (que, por cierto, también espera su ampliación). Para cerrar La Parada, la MML y el Ministerio del Interior deben establecer acciones conjuntas, pero, a pesar de que la alcaldesa y el ministro Albán se han reunido a discutir el tema, no han informado sobre la existencia de acuerdos concretos para lidiar con este problema.
“Las obras se terminan cuando se terminan bien”, dice la alcaldesa. No obstante, es sorprendente que, en tantos casos, para terminar bien las obras prometidas la MML tenga que tomarse tanto tiempo y sea incapaz de definir fechas claras y cumplir los plazos que ella misma anuncia. A este paso, y teniendo en cuenta que las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina, lo más probable para varias de estas obras es que si se terminan y se terminan bien, sea gracias a la gestión de quien suceda a la señora Villarán.