¿Antauro las sigue prefiriendo rubias?, por Sostiene Menéndez
¿Antauro las sigue prefiriendo rubias?, por Sostiene Menéndez
Redacción EC

SOSTIENE MENÉNDEZ

Desde que leí “De la guerra etnosanta a la Iglesia Tawantinsuyana: La reivindicación de los demonios y el color insurgente de la fe”, la epopeya del más rebelde figlio de don, me he declarado (en privado) su admirador y he seguido con dedicación sus andanzas, que nunca me habían decepcionado. Nunca hasta ahora, esto es. 

Antauro con permiso de las autoridades del penal. A eso se resume el “escándalo” de la semana. ¿Dónde está nuestra prensa policial, chicha, criolla, nuestra prensa del corazón? ¿Dónde quedaron las épocas en las que llegaba a nosotros cada anécdota, ampay y amague del Pachacútec Azul? Deliciosos tiempos en los que se nos contaba cómo Antauro –reservista, escritor, ex editor de un panfleto y, oh yes, ‘head hunter’– recibía en su celda C.V. de funcionarios del que postulaban a la reelección. Momentos que devolvían las esperanzas a familias separadas por la prisión, demostrando que –siempre y cuando los riñones fallen en la época precisa– nada impide que un reo pueda cantar un par de villancicos con sus seres queridos. 

¿Dónde fue a parar aquella época dorada, cuando un iPhone era suficiente para inmortalizar tu momento con esa rubia de ensueño? Hermanos periodistas, ahora que ha pasado La Haya, concéntrense en esto. No puede ser que los ampayes estén bajando a nivel de comprando bizcochos en .