La congresista Marisol Pérez Tello salió ayer en un programa radial indignada por el revuelo que viene generando el tema de la unión civil en el país. Se quejaba por la presión que se está poniendo a los congresistas y por la estrategia que vienen siguiendo los activistas para lograr la aprobación de dicho proyecto.
Compartimos la crítica hecha por la congresista. ¿Dónde se ha visto que un grupo que busca el reconocimiento de derechos civiles intente hacer presión para que se le haga caso? Deberían de aprender de Martin Luther King, quien esperó sentado pacientemente a que el gobierno americano y los razonables gobernadores de los estados sureños decidiesen apoyar la causa de la igualdad entre blancos y negros. ¿Acaso lo vimos organizando marchas en DC o dando encendidos discursos? No, porque él, al igual que la congresista, sabía que los cambios sociales se logran guardando silencio y esperando a que la mayoría buenamente les haga caso.
Ojalá los activistas escuchen a la congresista y de paso le agradezcan que se haya ocupado del tema, pese a no considerarlo prioritario. Y es que, como ella misma reconoció en la entrevista, no ha leído el proyecto de ley de unión civil ni el predictamen porque no tiene tiempo para ello. Nosotros la entendemos: ella prefiere dedicarse a temas más importantes, como asistir a una ceremonia religiosa de “acción de gracias a Dios por el crecimiento económico” en las instalaciones del laico Congreso de la República.