Este adjetivo familiar, obviamente compuesto de los elementos mano y larga, tiene varias acepciones, entre las cuales la más usada parece ser ‘que agrede fácilmente con la mano’. En nuestra habla familiar es frecuente una oración como “No seas manolarga”. Para el plural de esta simbiosis de sustantivo y adjetivo, el primer elemento permanece en singular: manolargas. En el DRAE 2001, se documenta la variante general —aquí desconocida— manilarga.