Pellejería es un derivado femenino de pellejo ‘prostituta de baja ralea’, que viene a su vez de piel con el sentido de ‘ramera’ (por ser la piel su objeto de comercio). En el habla familiar del Perú y otros países de América pasar pellejerías es expresión equivalente de pasar vicisitudes. En su última novela, El héroe discreto, Vargas Llosa pone en boca de un personaje femenino esta frase: “No fue nada fácil. Pasé muchas pellejerías…” (Lima 2013, p. 312).