Las revelaciones de las últimas semanas sobre los oscuros negocios de Martín Belaunde Lossio (MBL) y sus fluidos vínculos con encumbrados personajes del gobierno han sacado de quicio a la pareja presidencial.
Al igual que en el caso de Óscar López Meneses, el presidente Ollanta Humala se opuso a una comisión investigadora en el Congreso. Y ahora que ya se aprobó constituirla, el oficialismo tratará de neutralizarla, impidiendo que un congresista opositor la presida y obstaculizando su labor.
Otro aspecto de la estrategia de la pareja presidencial para tratar de controlar los daños es atacar a los opositores, específicamente catalogándolos como corruptos, para intentar deslegitimar cualquier indagación y crítica que provenga de ellos. La idea es sencilla: si son deshonestos, no tienen autoridad moral para impugnar y cuestionar la podredumbre humalista. El propio Humala marcó la pauta: “El fujimorismo es un partido que nació de la cloaca. Está descalificado moralmente para presidir cualquier comisión de lucha contra la corrupción”.
Por último, plantean otros temas en el debate, con la finalidad de confundir, distraer y atosigar a la opinión pública con muchos asuntos, de tal manera que la red de corrupción de MBL quede sepultada bajo una montaña de ripio. A eso apuntan los ataques a Manuel Burga, tratando de instalar una discusión sobre si intervenir la Federación Peruana de Fútbol o no. O la reiteración que hizo desde Roma Nadine Heredia, que el humalismo tendrá candidato el 2016, con el propósito de abrir una discusión sobre postulantes un año y medio antes de la elección.
A pesar de los esfuerzos de la pareja presidencial, las andanzas de MBL están afectando al gobierno. Aunque ahora solo un 40% está enterado del caso según la última encuesta de Ipsos, la mayoría cree que Humala es cómplice del prófugo (46%) y que el ex asesor de la pareja está siendo protegido (82%). La corrupción del gobierno (45%) es casi tan importante como la inseguridad ciudadana (46%) en la desaprobación del presidente (67%), que ha crecido.
La pareja presidencial está tan alterada por el caso de MBL por la sencilla razón que este turbio personaje fue un hombre de absoluta confianza de ellos durante muchos años, no solo por la ayuda que les brindó en las campañas del 2006 y 2011, sino por las relaciones económicas que mantuvieron.
MBL, sus familiares y allegados aparecen aportando a las campañas del humalismo cientos de miles de soles. Probablemente se trata de una operación para encubrir y justificar el verdadero origen de los fondos, pues quienes lo conocen afirman que la plata no le sobraba para hacer esas cuantiosas donaciones. Hasta aquí, algo usual, no solo en el partido de gobierno sino en todos los grupos políticos, que utilizan testaferros para justificar dinero de origen desconocido.
Pero las cosas se complican por otras contribuciones directas a la pareja presidencial. En el 2006, luego de las elecciones, la empresa Centros Capilares, de MBL le pagó a Nadine Heredia cincuenta mil dólares para hacer un estudio de mercado. El semanario “Hildebrandt en sus trece” ha revelado que esa empresa nunca dio utilidades. Era más bien una empresa fantasma, una franquicia de una matriz argentina a la que nunca le pagaron los nueve mil dólares por canon de la franquicia.
Todo indica que, en realidad, se trató de una operación de blanqueo del dinero que la pareja recibió del venezolano Hugo Chávez, parte del cual necesitaban ingresar en el sistema legal. Igual que los 51.840 dólares que el padre de MBL, Arturo Belaunde Guzmán, pagó a Nadine Heredia por un estudio sobre palma aceitera.
O la empresa Todo Graph que montó MBL con Jorge Chang Soto, personero del Partido Nacionalista, y luego transfirió al hoy congresista Santiago Gastañaduí, casado con una prima de Nadine Heredia. Gastañaduí nombró como gerente a Ilán Heredia, hermano de la primera dama, que poco después hizo depósitos por 68.258 dólares de origen desconocido en la cuenta de Nadine Heredia, según informó el diario “Correo” en mayo de este año.
Así las cosas, es explicable el porqué la pareja presidencial trata de desviar la atención de MBL. O los rumores de negociaciones bajo la mesa con el prófugo. Si cae detenido, podría revelar muchas cosas incómodas.