"Trece de cada cien chicas, entre 15 y 19 años, ya son madres o están por serlo. Solo el año pasado el Reniec registró 2.325 nacimientos de madres de entre 12 y 14 años".
"Trece de cada cien chicas, entre 15 y 19 años, ya son madres o están por serlo. Solo el año pasado el Reniec registró 2.325 nacimientos de madres de entre 12 y 14 años".
Patricia del Río

Todos conocemos de cerca a una adolescente de 12 o 13 años. Piense en su hija, sobrina, hermana, alumna. Ahora imagínela embarazada. Trate de visualizarla con una barriga de nueve meses. Haga el esfuerzo por imaginarla cargando a un bebe, dándole de lactar. Piense en esa chiquilla todavía con acné, asumiendo el enorme peso de la maternidad.

¿Le resulta dolorosa la imagen? Bueno, hoy se celebra el día mundial de la prevención del , y para ser sinceros, no hay nada que celebrar. Trece de cada cien chicas, entre 15 y 19 años, ya son madres o están por serlo. Solo el año pasado el Reniec registró 2.325 nacimientos de madres de entre 12 y 14 años.

¿Qué está pasando? Los conservadores señalan que se trata de una pérdida de valores, de un relajamiento de las costumbres. Ese argumento, proveniente de quienes creen que las deben mantener su virginidad hasta el matrimonio, está haciendo gala de su propio fracaso. En nuestro país, donde el 76% de la población se identifica como católica, parece que la Iglesia es la primera que falla en inculcar sus propios preceptos.

Debemos asumir, entonces, que este no es un problema de credos; es un problema de salud pública que el Estado debe solucionar sin tabúes. La iniciación temprana de la vida sexual de una niña y el embarazo adolescente no son producto del pecado, son problemas de falta de información, de falta de recursos para acceder a métodos anticonceptivos, de falta de protección de una sociedad que prefiere ignorar la realidad.

Una adolescente bien informada, que conoce los riesgos que implican tener relaciones sexuales desde tan chica, probablemente retrase una decisión para la que no está preparada. Pero ya sabemos que la en los colegios es limitada y amenaza con ser peor gracias a las campañas de quienes no quieren que nadie se meta con sus hijos.

Una chica de 15 años que ya decidió tener una vida sexual activa evitará salir embarazada si puede acceder a métodos anticonceptivos; pero el Estado se la va a poner superdifícil. De acuerdo con estudios de la Defensoría del Pueblo, el 36% de los centros de salud que monitorearon no contaba con ningún plan de formación en salud sexual y reproductiva para chicos, y el 25,3% no les entregaba información si no venían acompañados de sus padres (sin comentarios).

Finalmente si una adolescente es abusada sexualmente podría detener la agresión si encontrara un espacio seguro donde hacer la denuncia. Pero el Estado aún no consigue proteger a esas pobres niñas que en el 70% de los casos son abusadas por algún familiar o miembro de su entorno más cercano.

Sin educación, sin métodos anticonceptivos, sin políticas de protección, el ejército de niñas gestantes seguirá creciendo. Mientras tanto el Congreso ofrece como solución tachar la palabra género de todos los textos escolares; y el Ejecutivo se limita a diseminar el presupuesto en decenas de instituciones que no logran articular nada.

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