“Antes, todo esto era bosque”, recuerda Patricia Espinoza, mientras camina sobre una trocha desértica, señalando los montículos de tierra, basura y desmonte que se acumulan en la ribera del río Lurín, el principal en Cieneguilla. Es un escenario amargo
Espinoza lleva años luchando por una Cieneguilla más ordenada y respetuosa del medio ambiente. Ella es la presidenta de la Asociación de Propietarios Unidos por Cieneguilla y es quien denunció, a través del WhatsApp de #PasaEnLaCalle (995-818-486), las deplorables condiciones de la cuenca del río Lurín en su distrito. Si bien este es un tema que ha venido acumulándose por años, tras el inicio de la reciente construcción del puente Inca Moya el panorama se complicó.
Se trata de un proyecto de la Municipalidad de Lima que ha sido aprovechado por un grupo de sujetos para construir una trocha ilegal paralela. Por ahí, los mototaxis pasan de una orilla a la otra, cruzando por un antiguo puente peatonal que ha sido invadido por estos vehículos. Este acceso al río fomenta la contaminación que producen las construcciones. “El hecho de abrir una pista auxiliar ha dado mayor facilidad para que traigan basura”, declaró.
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Vecinos advierten que fue a través de la creación de la trocha que se facilitó la contaminación.
La visible destrución de la faja marginal del río Lurín en Cieneguilla.
Ausencia de fiscalización
“Esto no es de ahora. Es un problema de hace muchos años. Nosotros, como municipalidad, hacemos operativos de fiscalización a todos los volquetes que ingresan a nuestro distrito”, comenta Óscar Baltazar, subgerente de Medio Ambiente del municipio de Cieneguilla.
Ricardo Acosta, de la Subgerencia de Gestión del Riesgo de Cieneguilla, admite que, si bien la limpieza del río es una labor que les corresponde, su trabajo se reduce a la elaboración de denuncias y fichas técnicas. Este Diario confirmó que la contaminación se acumula a lo largo de la ribera del río. Incluso, se evidenció cómo las operaciones del proyecto del puente Inca Moya habían dañado los árboles que formaban parte de un proyecto de reforestación.
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“La municipalidad no hace nada, los de fiscalización no hacen nada”, manifiesta Espinoza. A su lado, Eliana Paredes, presidenta de la Asociación de Propietarios de Cieneguilla, mira con lástima un árbol joven aplastado por la torre de material excedente de la obra realizada por el consorcio puente Inca Moya. Si bien la Autoridad Nacional del Agua (ANA) facultó los puntos de acopio, se le exigió a la Municipalidad de Cieneguilla que reubicaran las plantas en otro espacio adecuado. “Todos estos árboles nosotros los hemos sembrado. Mira cómo están”, expresa Paredes.
La invasión de la faja marginal
Además de la acumulación de los desechos, se denunció la construcción de diferentes propiedades sobre la faja marginal. Esta es definida en la Ley de Recursos Hídricos como el conjunto de terrenos aledaños a los cauces. El reglamento de esta normativa establece que “las fajas marginales son bienes de dominio público hidráulico, por lo que tienen la condición de inalienables e imprescriptibles”.
Sin embargo, este Diario constató, a través de imágenes satelitales, que varias propiedades, entre viviendas, hoteles y tierras de sembrío, han sido construidas utilizando territorio dentro de la faja marginal. Adicionalmente, es común evidenciar espacios cercados y cerrados con candado, que son parte de la faja marginal, pero que han sido apropiados por algunos vecinos de Cieneguilla como jardines o estacionamientos.
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Peor aún, el artículo 117 de la Ley de Recursos Hídricos establece que “la señalización de la faja marginal se efectuará mediante el empleo de hitos u otras señalizaciones por la ANA”. No obstante, este Diario corroboró que los hitos no estaban anclados, sino solo sobrepuestos, y muchos de estos han sido reubicados hasta los límites de diferentes propiedades y negocios.
Al respecto, Ricardo Acosta detalló que, desde que inició la gestión, se han “preocupado de que no haya más invasiones”. “Lamentablemente, las denuncias hacia invasiones que ya estaban desde gestiones pasadas están derivadas a la ANA. Es el único ente que puede fiscalizar y denunciar los hechos.”, aclara.
Declararlo en emergencia
Otro hecho denunciado por Espinoza son los incendios provocados que afectan a la faja marginal, consumiendo parte del bosque ribereño. Según explica, este es un método para habilitar espacios de construcción y, así, facilitar las nuevas invasiones. Andrew Matthews, Primer Jefe de la Compañía de Bomberos N.º 244 de Cieneguilla explicó que estos incendios se dan a lo largo de todo el año. Actualmente, atienden unos dos incendios por semana. “No son incendios naturales, son prendidos por personas. Lo que se ve es maleza acumulada, así como lugares de desmonte y basura”, detalla Matthews.
Según un estudio realizado por la Dirección de Geología Ambiental y Riesgo Geológico del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico, la vulnerabilidad de la cuenca del río Lurín en Cieneguilla es extremadamente alta. Es definida como una zona con “formaciones geológicas donde los acuíferos son muy vulnerables. Zonas donde es necesario extremar las medidas preventivas. Materiales donde la contaminación puede propagarse velozmente y a grandes distancias”. Las representantes de ambas Asociaciones de propietarios exigen que el río se ponga en emergencia.