El incendio forestal que inició el pasado viernes al mediodía en el poblado de Conticancha, en el distrito de Pocsi, provincia de Arequipa se expandió por 500 hectáreas diferentes. Hasta ayer se registraban seis focos de incendio, pero de acuerdo al último reporte de Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) ya son 20 puntos donde el fuego se propaga sin control.
El esfuerzo del contingente terrestre, conformado por 150 Policías, 30 comuneros y 7 especialistas del Serfor y del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp), es insuficiente. El refuerzo llega desde la Fuerza Aérea del Perú. El mismo helicóptero (MI-171SHP con bambi bucket) que aplacó el incendio de Polobaya, hace tres semanas, regresó a Arequipa. Este trasladará agua por el aire y lo rociará por las zonas más incandescentes.
El jefe regional de Serfor, Luis Felipe Gonzales Dueñas, indicó que este incendio se desarrolla a un kilómetro del extremo del incendio anterior. Lo que más llama la atención es que de un foco a otro hay hasta 5 kilómetros de distancia, por lo que se presume que sería provocado. De ahí que pidió a la Policía que investigue a profundidad el origen de las llamas.
El fuego avanzan por ayuda del viento y porque la zona es una pendiente. Aun no se tiene con precisión cuantas hectáreas se han afectado. Pero el lugar es zona de pastoreo donde se encuentran ichus, pajonales, tolas, lloques, entre otras especies.
Daño irreparable.
El fuego está a 3.3 kilómetros de la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca. El responsable de Incendios Forestales de Serfor, Alvaro Cárdenas, informó que hasta el momento, solo de un punto, ya se dañaron 40 hectáreas de queñuales. “Es mucho más de lo que se dañó en el último gran incendio y todavía no hemos evaluado los otros puntos. Es un grave daño a esta especie protegida. Su regeneración natural es muy complicada. De 100 semillas sólo 3 germinan. Para recuperar el bosque perdido tenemos que esperar por lo menos 80 años”, apuntó.
Los Queñuales tienen de más de 200 años de antigüedad. Es la única especie de árboles que habita por encima de los 4.000 m.s.n.m. Estos cumplen una función ecológica importante en la zona. Capturan la neblina y la transforman en agua, y tras un proceso de filtración alimentan los manantiales, puquios y ojos de agua que dan vida a los distritos de Polobaya, Characato, Pocsi, Chiguata, entre otros.