“Luis Alberto, te amé tanto como para dedicar mi vida entera a que el mundo respete y valore tu decisión y tu acto heroico. Luis Alberto, Andrea, Diana, Isabela [sus hijas y nieta]: misión cumplida”.
Esto dijo Julia Panta, viuda de Luis Alberto García Rojas, al final de una ceremonia en la cual los restos de su esposo fueron colocados en la Cripta de los Héroes. Era el 29 de enero del 2017. Había pasado más de una década después de que, en el 2006, el Congreso de la República aprobara la Ley 28682, que lo declaraba Héroe Nacional del Cenepa.
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Este martes, se cumplieron dos años de aquel hecho y también hubo ceremonias conmemorativas, pero el tono de las palabras de Panta mostraban menos entusiasmo y, en cambio, cierta preocupación.
En los primeros meses del 2018, la Segunda Sala Civil de Lima ordenó al Ministerio de Educación (Minedu) incluir en el calendario cívico la fecha del fallecimiento de García Rojas, el último héroe de guerra que ha tenido el Perú. También se dictaminó que el Minedu cumpla con hacer “un nuevo libro de edición especial” para ser difundido en las escuelas del país para dar a conocer el acto heroico. Esto, debido a que, según el juzgado, el ministerio había elaborado y repartido un libro que contenía “una serie de datos que no guardan coherencia con los hechos ocurridos”.
Sin embargo, según dijo este martes Panta, esto no ha sido cumplido.
“He tratado de hablar con el ministro de Educación, he pedido citas. Falta que se haga el libro, pero uno de verdad, como ha ordenado el Poder Judicial. El libro es un dolor de cabeza, son dos años peleando por eso”, dijo la mañana de ayer al final de una ceremonia en el parque Héroes del Cenepa, en San Borja. Horas antes se llevó a cabo una romería y un homenaje en la Cripta de los Héroes.
Al respecto, voceros del Minedu indicaron que el libro "está hecho desde el 2016, de acuerdo a la normatividad".
El fallo judicial del año pasado también establece que se realicen ceremonias oficiales con la presencia del presidente de la República y los titulares de los poderes del Estado, pero no acudieron ayer (en cambio, sí participaron altos mandos de las Fuerzas Armadas). “Son cosas que se tienen que ir puliendo en el camino”, comentó Panta.
–Héroe postergado–
El 29 de enero de 1995, en pleno conflicto con Ecuador, García Rojas –en ese entonces tenía el grado de capitán– se ofreció como voluntario para pilotear y dirigir un ataque a tropas enemigas en la frontera.
Poco antes de llegar al puesto Tormenta, un misil disparado desde tierra hizo estallar la nave. Junto a él murieron los miembros de su tripulación.
El Comercio fue testigo de dicho ataque, y las fotos de Rolly Reyna tomadas durante el ataque lo demuestran.
Después de una larga batalla legal, cuando ya había sido declarado héroe por ley, se ordenó que sus restos fueran exhumados de un cementerio en La Molina y colocados en la Cripta de los Héroes. Pero un día antes de la ceremonia, el Ejército canceló la ceremonia aludiendo “razones de seguridad”.
El ataúd que contenía los pocos huesos de Luis Alberto que pudieron ser recuperados en la selva permaneció en la sala de la casa de Panta durante varios meses.
Recién en enero del 2017, este fue llevado a la cripta en una ceremonia encabezada por Jorge Nieto, entonces ministro de Defensa. El presidente Pedro Pablo Kuczynski no acudió, y recién días después encabezó una ceremonia en Palacio de Gobierno. Luis Alberto García Rojas es el último héroe del Perú, también el más postergado.
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