Norka Peralta Liñán

A sus 71 años de edad, Julia Medrano Valdivia ha llegado por primera vez a Lima. Nunca antes ha salido de Hermilio Valdizán (), el distrito en el que vive desde que tenía 28 años de edad, cuando se casó y tuvo seis hijos. Ahora es viuda y solo una hija sobrevive. Junto a ella cultiva café. Tiene un nieto que está por cumplir su primer año de vida y hacia él están dirigidos sus esfuerzos. “Quisiera que él se eduque, que aprenda lo que yo no aprendí para que tenga una mejor vida, señorita”, dice, con voz suave, frases entrecortadas y una sonrisa vivaz.

Doña Julia es una de los 20 usuarios del programa Pensión 65 en Hermilio Valdizán que se dedican de manera activa a la caficultura y trabajan la marca Café El Abuelo Valdizano. Dicha iniciativa cuenta con el apoyo de la municipalidad distrital, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), Devida y la ONG Technoserve Inc.

La marca se destaca por mostrar en sus empaques los rostros de los caficultores símbolos de la zona. Doña Julia es uno de ellos y, como integrante de este selecto grupo de productores, debe promover su emprendimiento en eventos. Esta semana le ha tocado venir a la Expoalimentaria 2019 que se desarrollará hasta el día de mañana en el Centro de Exposiciones del Jockey Plaza. Espera vender todas las bolsas de café recién tostado que ha traído.

No ha llegado sola. La acompaña Juan Rivanero Noreña, de 70 años, quien lleva más de 30 años dedicados al café. Él también es viudo y vive en Hermilio Valdizán junto a Juan Lorenzo, el último de sus seis hijos, de 20 años. Don Juan también piensa en las nuevas generaciones del distrito cuando se le pregunta por las razones que lo impulsan a ser parte de este proyecto.

“Queremos que nuestro café se venda y con eso mejorar nuestra calidad de vida porque antes, cuando cada uno vendía el café por su cuenta, no nos alcanzaba ni para pagar a las personas que nos ayudaban en el campo”, cuenta don Juan. Ahora, desde que la marca existe, los 20 adultos mayores detrás de Café El Abuelo Valdizano se tienen los unos a los otros. “Nos ayudamos entre nosotros, en lo que podamos, y también nos apoyan nuestros hijos y los vecinos porque si este proyecto funciona vamos a estar mejor todos”, señala.

Édgar Sánchez Atavillos, alcalde de Hermilio Valdizán, también está convencido de que esta marca de café puede ayudar a impulsar la actividad de todos los caficultores de su distrito. Allí, explica, se produce café entre los 1.800 a 2.000 metros sobre el nivel del mar, con un puntaje en taza que puede llegar hasta los 84 puntos. Además, tienen su propia planta procesadora de café, en donde se realiza el tostado, trillado y empaque del café para su venta directa al consumidor final, sin intermediarios, lo que les permite acceder a mejores precios.

(Foto: Cafelab.pe)
(Foto: Cafelab.pe)

Por su parte, Mónica Saavedra, viceministra de Prestaciones Sociales del Midis, destaca el interés de las autoridades de distrito por revalorar el conocimiento que atesoran sus adultos mayores e insertarlo en la sociedad y en actividades económicas productivas. “Los adultos mayores están yendo a les escuelas para transmitir su conocimiento a los estudiantes de cuarto y quinto de secundaria, eso significa que se está generando un valor educativo en los más jóvenes que se irá arraigando en sus raíces culturales. Esto, por ejemplo, ya se evidencia en el actual jefe de la planta procesadora de café, quien es nieto de uno de los miembros de Café El Abuelo Valdizano”, refiere.

Entre los próximos proyectos de la marca se incluyen la creación de un web para comercializar su producción y la elaboración de un licor de café que permitirá incluir en el proyecto la producción de más adultos mayores que no necesariamente sean de Hermilio Valdizán.

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