El largo peregrinaje de la justicia peruana ante los tribunales y el gobierno de Estados Unidos, que se inició un 25 de mayo del 2018, tendrá un hito histórico este viernes santo a las 11 de la mañana (9:00 hora de San Francisco), cuando el expresidente Alejandro Toledo acuda al despacho del juez Thomas S. Hixson para ser puesto bajo arresto e iniciar así la ejecución de su extradición hacia el Perú.
El exmandatario no podría evitar ser detenido y puesto bajo prisión preventiva a la espera de ser entregado a la justicia peruana. Así lo ha indicado el juez del del Distrito Norte de California, al anunciar que ya no encuentra razones para detener su extradición.
Hixson, el juez a cargo de ejecutar la extradición de Toledo, lo recibirá en su oficina, en el piso 20 del edificio ubicado en el 450 de la Avenida Golden Gate, San Francisco.
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La decisión del magistrado llegó luego de que el Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito de EE.UU., se negó a emitir una orden de suspensión de su extradición. En buena cuenta, dicha sala no encontró razones legales para oponerse a que el expresidente sea entregado a la justicia peruana.
Este jueves en la mañana, y tal como lo habían adelantado sus abogados al Departamento de Estado de EE.UU., Toledo Manrique ha interpuesto un “recurso de emergencia” ante el Noveno Tribunal pidiendo una nueva suspensión de su extradición. Hasta el momento, esta sala no se ha pronunciado al respecto.
No obstante, cuando el juez Hixson emitió la orden para que Toledo se entregue, puntualizó que no veía razones por las que una nueva suspensión solicitada por el exmandatario podría aplicarse en este caso de acuerdo a la Regla Federal del Procedimiento de Apelación 41; sobre todo cuando el mismo tribunal ha rechazado en dos oportunidades la suspensión de la extradición.
Además, precisó que el mismo tribunal era consciente que al rechazar el pedido de suspensión, el efecto era que Toledo será extraditado.
Teniendo en cuenta ello, de no mediar orden judicial, el expresidente tendría que presentarse al despacho del juez Hixson. Una vez allí, el magistrado anunció que sería recluido en “una cárcel apropiada” a la espera de su entrega a las autoridades peruanas.
Toledo Manrique, cabe recordar, estuvo recluido anteriormente en el penal de Santa Rita y en el Centro Penitenciario de Maguire en el Condado de San Mateo , en Estados Unidos. Esto, luego de ser detenido en julio del 2019.
“De no ir, se le da orden de detención”
José Tello, ministro de Justicia, conversó con El Comercio sobre lo que podría suceder con Alejandro Toledo si no se presenta ante el juez Thomas S. Hixson., y sobre las implicancias de este proceso.
Al respecto, aseveró que una vez que el exjefe de Estado sea detenido por las autoridades estadounidenses, Toledo “ya está expedito para ser enviado al Perú”. En consecuencia, comenzaría la intervención de la oficina de Cooperación Internacional del Ministerio Público a fin de realizar las coordinaciones con funcionarios de dicho país y del nuestro, como la Policía e Interpol, para hacer efectiva la entrega y pueda ser traído a territorio peruano.
“La autoridad estadounidense ha sido más que clara en ordenar que Alejandro Toledo tiene que estar a las nueve de la mañana, hora de California, en el edificio de la judicatura. De no ir, se le da orden de detención; y estamos hablando de un país que tiene los recursos como para hacerlo (detenerlo)”.
José Tello, ministro de Justicia
Tello Alfaro consideró que ya no habría ningún recurso por el que el expresidente pueda frenar su extradición, puesto ya hay una posición del gobierno estadounidense respecto a su extradición. Ello, pese a que el requerido ha utilizado argumentos que incluso no se habían planteado en otras extradiciones vistas en los tribunales de dicho país para cuestionar a las autoridades de Estados Unidos.
En ese sentido, señaló que la justicia norteamericana ya ha determinado que no hay cuestionamiento alguno al procedimiento que ha seguido EE.UU. y además, “se dan cuenta de que ya hay una actitud dilatoria y un acto que se podría considerar abuso de derecho de acción y una mala fe procesal”.
“El señor Toledo con su defensa, en un primer momento pública y ahora pagada; y con un estudio importante en Estados Unidos, lo que demuestra es que tiene recursos, ha caído en un abuso de medidas obstructivas a la justicia, pero ya corresponderá si es que, la firma de abogados que lo está patrocinando se presta a esta situación y que en los propios tribunales estadounidenses podría generarle un tipo de complicación, porque siempre hay un límite a la mala fe procesal, es algo que en cualquier lugar se termina sancionando. Al menos acá se sanciona y allá corresponderá a las autoridades judiciales lo que pueda ocurrir”, señaló.
El titular de Justicia también rescató que la posición adoptada por la justicia y el gobierno norteamericano reafirma que no existió ninguna persecución política en contra el exlíder de la chacana y que, por el contrario, “el caso del señor Toledo es un caso documentado y muy sustentado de corrupción”.
Cuestionó que “sea tan fácil hablar de persecución política para disfrazar actos delictivos”; no obstante, ahora el expresidente “va a tener que estar acá respondiendo sí o sí a la justicia peruana”.
“En el caso del señor Toledo es clarísimo, lo que él enfrenta es un caso sólido y tiene que responder ante la justicia peruana. Igual que en el caso del expresidente (Pedro) Castillo, que no puede hablar de persecución política, es un golpista y además una persona con cargos de corrupción”, comparó.
Por ello, lamentó que la “la persecución política o prisión por persecución política” sea algo que se “manosea de manera ligera” y que cualquiera aduzca ello cuando es procesado por cargos penales.
“Es más, la justicia de Estados Unidos ya ha tomado acciones contra Odebrecht y varios de los implicados en actos de corrupción; y en consecuencia, saben sobre el tipo de manejos que ha habido en torno al caso de Alejandro Toledo. Por eso es que el expresidente Toledo no puede hablar de persecución política”, concluyó.
Toledo está vigilado y deberá pasar por un trámite administrativo
El abogado penalista, Julio Espinoza, explicó que con la reciente decisión del juez de California Thomas S. Hixson, la justicia estadounidense “está diciendo implícitamente que ya se agotó y se ha resuelto todo intento judicial hecho por Toledo”.
Precisó entonces que cuando el expresidente se entregue a las autoridades de justicia, lo que resta es que se tramite su entrega al Perú a través de una comunicación entre el Departamento de Estado de EE.UU con la Unidad de Cooperación Internacional de Perú.
El expresidente, comentó, no podría eludir a la justicia puesto que actualmente se encuentra bajo una vigilancia electrónica.
“Toledo está con arresto domiciliario y con un grillete electrónico, así que es imposible que siquiera pretenda intentar eludir o tener algún conducta evasiva. Además, la resolución (de su entrega) seguramente ya ha sido comunicada a la Policía Federal (Marshall), lo más seguro es que ya lo tienen en una suerte de vigilancia electrónica”, indicó.
Sobre la “reconsideración” anunciada por Toledo para suspender su extradición, Espinoza Goyena sostuvo que no existiría la posibilidad de generar algún tipo de reclamo adicional o apelación o demanda pues la cadena de intervención judicial ya tomó una posición. Además, Toledo ha pretendido llevar su caso a varios distritos judiciales como California, Columbia y al Noveno Circuito para seguir litigando judicialmente, pero la orden del juez Hixson da punto final a la fase judicial.
“Mañana, cuando se entregue Toledo, al ser un proceso administrativo sería un proceso simple, rápido, no hay consulta ni otro requisito previo”.
Julio Espinoza Goyena, abogado penalista.
Por ello, consideró que aproximadamente se tomaría una semana para que se pueda concretar la entrega de Toledo a las autoridades peruanas.
“Yo creo que en no más de una semana sería para que sea dispuesta la entrega”, indicó.
La entrega, dijo, debe ser a un grupo de la Policía de la Interpol asignada para esa diligencia.
“Estos deberán viajar coordinadamente con el Departamento de Estado de Estados Unidos para traerlo, así como en su momento ocurrió con (Alberto) Fujimori. Esto se hace normalmente en un vuelo comercial, los policías reciben a la persona a través de una rutina del vuelo comercial. Lo traen, llega y una vez que llega la Policía culmina su trabajo entregando al extraditado a disposición del juez, ya que hay una orden judicial de prisión preventiva”, agregó.
Finalmente, el abogado no descartó que el expresidente intente acceder a una instancia supranacional como la Corte Interamericana de Derechos Humanos, puesto que en sus cuestionamientos planteados en Estados Unidos ha invocado situaciones que tienen que ver con la falta de imparcialidad de los jueces peruanos, ha alegado persecución política, el funcionamiento anacrónico del sistema de justicia peruano.
“Lo hemos visto con (Pedro) Castillo que habla también de una suerte de persecución política y con ello busca activar la jurisdicción supranacional. Por ello, no nos extrañe que Toledo va a pretender también esa ruta”, advirtió.
Espinosa Goyena precisó que Toledo no podría pretender acceder a fueros supranacionales desde Estados Unidos puesto que dicho país no reconoce jurisdicción a la Corte Interamericana. “Sin embargo podría llegar a generarse cuando él se encuentre acá”, concluyó.
Recursos no prosperarían
El penalista Andy Carrión, informó que los “recursos de consideración” en el sistema norteamericano como el que ha presentado Toledo Manrique están habilitados a quien lo solicita.
“Uno no puede impedir que Toledo presente este recurso, pero si es que la decisión previa de quien va a reconsiderar ya viene decidida de que en el fondo se trataría de recursos dilatorios y de que no tendría ningún sentido, ese recurso podría ser declarado improcedente por parte del tribunal”.
Andy Carrión, abogado penalista.
En esa línea indicó que sí cabe la posibilidad de interponer algún tipo de recurso a última hora, pero teniendo como precedente lo que ya han indicado diversos jueces sobre la falta de posibilidades de tener éxito, lo más lógico es que sea rechazado liminarmente, y que el o los jueces que evalúen el nuevo recurso demoren el plazo que normalmente se toman este tipo de recursos, pues se tendrá en cuenta lo resuelto por otros tribunales que rechazaron la suspensión.
Por ello, consideró que lo único que ahora sigue es su detención con fines de extradición.
“¿Qué sigue? Pues que Toledo cumpla con lo dispuesto por el juez Hixson, que pueda entregarse a las autoridades norteamericanas. Entonces, el termino jurídico que cabe en este proceso jurídico sería la detención con fines de extradición, pues formalmente hablando, ya no hay algún recurso jurídico que pueda detenerlo”, señaló.
De otro lado, explicó que una vez que Toledo llegue al Perú deberá ser recluido en un penal de la capital a fin de que cumpla con la prisión preventiva que se dictó en su contra y que estaba pendiente de ser ejecutada.
“La prisión preventiva se cumple desde que la persona es traída al país. Entonces, contabilizando desde que llega, recién tendrían que transcurrir 18 meses de prisión preventiva que primigeniamente fue impuesta en su contra, a la espera de que se inicie su juicio oral”, señaló.
Advirtió que, Toledo podría pedir una revisión de su prisión preventiva en base a lo dispuesto recientemente por el Tribunal Constitucional sobre la revisión de estos mandatos limitativos cada seis meses.
Finalmente, Carrión expresó que si bien el expresidente tiene posibilidades de acogerse a una figura legal como la colaboración eficaz o la conclusión anticipada para atenuar su posible plena, esa situación sería complicada sobre todo cuando Toledo Manrique “ya ha reconocido previamente” los delitos (Aceptó que el dinero de Odebrecht llegó a sus cuentas).
“Sin embargo, no creo que eso sea de agrado para la Fiscalía, más aún cuando es el protagonista del caso”, comentó.