El 23 de enero del 2007, a las 6:50 de la tarde, José Dirceu, uno de los hombres fuertes del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil y brazo derecho del entonces presidente de ese país, Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva, llegó al Palacio de Gobierno del Perú a la cabeza de una comitiva integrada por compatriotas suyos, entre los cuales se encontraba Zaida Sisson de Castro, la esposa del ex funcionario de alto nivel aprista Rodolfo Beltrán Bravo. Ella es investigada en su país por el caso de corrupción Lava Jato.
Según el registro de visitas a la sede del gobierno peruano, que obra en los archivos de la megacomisión, los cinco brasileños acudieron para sostener una reunión con el entonces presidente Alan García.
“Emp. Visitado: García Pérez Alan”, se aprecia en el cuadro de visitantes y visitados que publicamos en esta edición. A la derecha, se lee: “Motivo visita”. En los tres primeros casos se indica: “Agenda”; y en los demás: “Reunión de trabajo”.
Al salir, según los archivos periodísticos de la época, la comitiva brasileña hizo declaraciones a la prensa.
Los visitantes
José Dirceu ha sido señalado por un colaborador eficaz del Caso Lava Jato, Milton Pascowitch, como parte de una organización dedicada a pagar sobornos a cambio de obras. Además, ha sindicado a Sisson como el enlace de Dirceu en el Perú para obtener de manera irregular contratos en el sector energía para las compañías que supuestamente representaba.
Como reveló El Comercio el martes, sobre la vivienda de Sisson pesa una orden de allanamiento de evidencias que serán incorporadas al expediente.
Asimismo,la Policía Federal de Brasil apresó el lunes pasado a Dirceu para que afronte en prisión el proceso por Lava Jato.
Pero el ex hombre fuerte del PT no fue el único con problemas que llegó a Palacio de Gobierno. En la lista de la sede presidencial también figura José Aldemário Pinheiro (conocido como Leo Pinheiro), ex presidente de la compañía OAS, condenado ayer a 16 años de cárcel.
Los problemas de Dirceu
Para cuando llegó a Palacio de Gobierno, Dirceu ya afrontaba una denuncia por corrupción y compra de votos de parlamentarios de la oposición brasileña, en el caso conocido como ‘mensalao’, un escándalo que lo alejó del poder y por el que fue relevado del cargo de primer ministro de gobierno.
Inhabilitado para ejercer la función pública, Dirceu viró su interés hacia el sector privado, y esas actividades lo trajeron al Perú.
Según reportan diarios de Brasil, en ese país cerró millonarios negocios con el gobierno a favor de importantes firmas constructoras, que precisamente hoy son investigadas.
Dirceu fundó y operó la firma JD Consultoría, una agencia de asesoría empresarial ubicada en Sao Paulo que, según el Ministerio Público de ese país, sirvió como fachada para recibir y bancarizar ‘propinas’ (sobornos) provenientes de empresas a las que les conseguía contratos.
Las autoridades que investigan Lava Jato encontraron en las cuentas de JD Consultoría 32 millones de reales, unos US$10 millones.
Para la fiscalía brasileña, sin embargo, se trata de dineros que no provenían de servicios profesionales, sino de ‘propinas’ que eran repartidas a lobbistas, como Dirceu, y a altos funcionarios del gobierno.
Lee el informe completo en la edición impresa de El Comercio.
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Caso #LavaJato: su nexo con el Perú y 7 claves para entenderlo ►http://t.co/fVF66X4Wrd (Por @almostgino) pic.twitter.com/qWlVO8tkVp— Política El Comercio (@Politica_ECpe) agosto 6, 2015