La analista política Maria Alejandra Campos advierte que la crisis sanitaria por el coronavirus va a tener alto impacto en la pobreza, por lo que los candidatos deben hilar fino para tener propuestas que aborden la salud, la prestación de servicios y la informalidad.
Empiezo por un contrafáctico: ¿Si Vizcarra no hubiera cerrado el Congreso, tendría el capital político necesario para dictar medidas de aislamiento social?
Si Vizcarra no hubiera cerrado el Congreso, Mercedes Araoz sería presidenta ahora. En el hipotético caso de que no lo hubiesen vacado, habría perdido mucha legitimidad por no vencer al Congreso. Creo que se habría tomado con menos entusiasmo sus medidas pero igual las hubiera podido llevar a cabo, [digo esto] tomando como ejemplo a Iván Duque, en Colombia, y a Sebastián Piñera, en Chile, líderes poco populares que tras la crisis mejoraron su aprobación. La crisis hace que no importe tanto el contexto previo, sino que todos se unen en torno al presidente para salir adelante.
En las dos primeras semanas de la cuarentena casi no tuvo críticas. En la tercera empezaron los problemas. ¿La legitimidad que tenía le ha dado tiempo bastante largo, en una crisis, para actuar sin oposición?
Sí, pero más que la legitimidad tiene que ver con cuál es el otro actor. El Congreso actual tiene un 90% de congresistas nuevos, que todavía ni saben cuál es su curul, sin una bancada mayoritaria; mientras que el anterior era experimentado, agresivo, con una bancada mayoritaria grande. [El anterior] ya habría estado llamando ministros para que den explicaciones porque habrían sido más hábiles en generar atención hacia sí mismos.
¿Cuál es el rol que va a tomar el Congreso en esta crisis?
El de un actor secundario eventual. Como no tienen experiencia, todavía no saben bien cómo hacerlo, pero como cualquier político tienen la aspiración de ser protagonistas de la noticia. Ya tuvieron un pleno y lo lograron pero por falta de capacidad política, técnica y por las características propias de este Congreso no es que vayan a poder tener actividad tan constante.
El estado de emergencia ha puesto sobre la mesa algo que parece obvio: la necesidad de adoptar políticas públicas con sustento adecuado. Pero el Congreso toma medidas en base al ánimo popular. ¿Cómo lidiar con eso?
En una circunstancia normal tendrías una bancada oficialista que haría contrapeso para detener las aspiraciones populistas de otras bancadas. Al no tener eso, el reemplazo de Vizcarra es la legitimidad que tiene en la opinión publica para detener los ímpetus del Congreso; no los anula, como hemos visto con el caso de las AFP o los peajes. Si el gobierno fuera impopular, este Congreso estaría sacando 20 leyes en la cuarentena pero no lo hace.
¿El manejo de la crisis ha dejado de lado a los actores políticos para reemplazarlos por líderes de instituciones en el Consejo de Estado?
Creo que la falta de protagonismo de los actores políticos en esta crisis es un reflejo de su intrascendencia en la realidad nacional. No es casualidad que a nadie le importe qué están pensando los líderes de los partidos políticos ahora. Son partidos que han concentrado individualmente como máximo el 8% de los votos emitidos, que no es nada. Son actores con muy poca legitimidad.
Lo público está en agenda. Se habla de la salud pública, el transporte público eficiente y hasta de una aerolínea de bandera que pueda repatriar peruanos. ¿Habrá un cambio en el discurso sobre el rol del Estado en la próxima campaña?
No sé como será la campaña pero creo que el tema de salud va a ser número uno en la agenda electoral. Y sí es probable que la presencia del Estado sea reevaluada. Es un tema complejo y técnico, y realmente nuestros políticos tienen poca cancha en temas relacionados a la burocracia. No esperaría que logren hacer propuestas muy potentes relacionadas a la mejora del Estado. Creo que son temas que van a entrar en la agenda pero que se van a simplificar en discursos más populistas como ‘más salud para todos’.
¿Es el fin del discurso liberal que quiere la reducción del Estado?
Esos liberales han desaparecido. Las mismas personas que pedían minimizar el Estado son las que ahora le exigen al MEF que dé 100% de garantías a los créditos de las empresas. No es un tema de los liberales, sino de la derecha. La derecha peruana es mucho más mercantilista que liberal. Creo que sí permite moderar el discurso de liberales más moderados, tirados al centro y alineados con una lógica de mejorar los servicios públicos. No es cuestión de agrandar el Estado por agrandarlo, sino ver qué tenemos y cómo lo hacemos más eficiente de cara al ciudadano. Sí creo que es una gran oportunidad para que el empresariado se de cuenta, no solo por marketing, que pueden tener un rol valioso en la sociedad, articular con las necesidades públicas, con el Estado en lugar de pensar solo en sus intereses privados y cómo aumentar las utilidades de sus accionistas.
¿Esta crisis puede plantear el retorno de discursos tipo La Gran Transformación?
Sí, creo que dándole más relevancia al tema de la salud. Pero el discurso de debemos tener un Estado más fuerte y más orientado a los más pobres es una cosa que gana protagonismo en esta coyuntura. La situación económica que va a tener el país luego de la cuarentena va a ser terrible, va a haber un montón de gente que va a haber perdido el trabajo, y mucha más pobreza. Tener una población más pobre hace que un discurso tipo La Gran Transformación tenga donde calar.
¿Hacia dónde apuntarán las agendas presidenciales en la siguiente campaña?
No sé, porque no sabemos quiénes son nuestros candidatos. No tienes candidatos con grandes agendas, son de centro en su mayoría [pero] sin una postura fuerte sobre ningún tema. Van a agarrarse de salud, trabajo, pero tienen agendas personalistas..
¿Y hacia dónde deberían apuntar?
Uno es mejorar los servicios para los ciudadanos más pobres, porque va a haber muchísimos más pobres en el país el próximo año; mejora del sector salud, que es uno de los más abandonados en el país; y lo tercero, es la lucha contra la informalidad. Si ya teníamos un montón de informalidad en el país, va a aumentar porque va a haber un montón de gente del sector formal que se va a quedar sin trabajo. Y ninguna democracia puede funcionar cuando el 80% de sus ciudadanos son informales y están al margen de sus regulaciones.
¿Las élites empresariales saldrán desprestigiadas?
Por ahora sí, porque los sectores que están teniendo protagonismo son los que están haciéndolo peor. Hay muchas empresas que están haciendo grandes esfuerzos para cuidar los trabajos de sus colaboradores. Pero hay muchas empresas, como los fondos de pensiones, que han tenido una reacción mala de cara a la opinión pública y eso ha tenido mucho rebote mediático. Hasta ahora, el balance es negativo para el sector empresarial. La Confiep tampoco ha tenido una actuación feliz en esta crisis. Creo que su pedido para permitir despidos masivos, por más que pueda tener algún respaldo técnico, es un pésimo mensaje para la población en esta coyuntura.
¿Hasta dónde soporta la democracia este control? ¿Hasta que la gente tenga hambre y se desborde?
Creo que la disyuntiva entre economía y salud va a llegar más temprano que tarde porque el Perú es un país pobre, por más que nuestra pobreza extrema haya caído en los últimos años. Apenas el 17% del país es de nivel socieconómico A/B. El resto está en el C, que es un sector muy vulnerable que cae rápidamente al D cuando tiene que hacer gastos como salud, y del E que son pobres. Pedirle a personas que no tienen las espaldas financieras que no salgan a trabajar… los 40 días deben ser percibidos como un exceso para muchos de ellos. Vamos a ver en la medida que avancen las semanas una desobediencia mayor de la población porque van a tener que recursearse. Y ahí es bien importante que el gobierno sea eficiente en el reparto de los bonos que sí hacen una gran diferencia entre quedarse en casa y tener que salir para los sectores vulnerables. Ahí hay una gran oportunidad para que el sector privado ayude, con logística, con sus capacidades digitales, con sus redes de bancos, locales que puedan ayudar a descentralizar y repartir mejor el dinero.
En temas de campaña, el coronavirus complica el proceso electoral.
Sí, porque además recordemos que no hay publicidad en tele y radio más allá de la franja, con lo que la alternativa para llegar a públicos masivos, que es tener un montón de plata para anunciar en televisión, está descartada. Lo que te queda son los mítines, pero si la gente no va a salir a la calle masivamente y no los vas a poder reunir tampoco, termina siendo una campaña en redes, de boca en boca, muy en niveles altos. ¿Cómo haces una campaña en niveles bajos sin mítines y sin publicidad en señal abierta?
¿Qué posibilidades hay de que surjan candidatos que no estaban en el escenario político reciente?
Creo que son bajas, en la medida que creo que las únicas que tienen posibilidad de ganar notoriedad en esta coyuntura son aquellas que están trabajando en torno a la emergencia sanitaria. Fuera de ello hay muy poca cobertura, sino nula respecto al resto de cosas que pueden estar pasando en el país.
¿El perfil del congresista Daniel Urresti que combina populismo y mano dura puede tener éxito?
Urresti tiene la inmensa ventaja de tener pantalla en una campaña como la del 2021 que va a tener poca exposición. Lo que le falta a Urresti es lograr adaptar su discurso hacia ideas que encajen mejor con la población. Hay que ver si cobra relevancia o si sigue teniendo este papel secundario. Ojo que tener un papel secundario igual le alcanza porque la competencia que va a tener es muy mala. No necesitas grandes porcentajes de intención de voto para llegar a segunda vuelta.
Esta entrevista forma parte del especial #CuarentenaPolítica. Sobre los mismos temas opinan los especialistas Steven Levitsky, Rosa Alayza, Juan de la Puente y Carlos Ganoza.
ENTREVISTAS DE ESTE ESPECIAL:
- Steven Levitsky: “Una buena respuesta no garantiza que todo termine bien”.
- Juan de la Puente: “El primer acto después de levantar la cuarentena debe ser convocar a un diálogo político”.
- Carlos Ganoza: “No hay liberales en una pandemia”.
- Rosa Alayza: “La gente medianamente seria no puede pensar que la pandemia es un paréntesis”.
TE PODRÍA INTERESAR:
- Sueldos, asesores, bonos y otros beneficios: conoce todos los gastos alrededor de un congresista.
- ¿Procedería o no pedido para excarcelar a Alberto Fujimori ante riesgo de coronavirus?
- Podemos Perú presenta proyecto de ley para que no sean obligatorias las elecciones primarias para comicios del 2021.
- Coronavirus: los parlamentarios que han dado positivo para las pruebas de COVID-19.
- Martín Vizcarra: Elecciones se realizarán en abril de 2021 y “no seré candidato”.