Fuerza Popular presentó un proyecto de reforma constitucional que busca eliminar el pedido de investidura o llamado voto de confianza por parte del presidente del Consejo de Ministros que asume funciones en el gobierno. La propuesta es impulsada por Patricia Juárez, presidenta de la Comisión de Constitución.
Si se aprueba el proyecto, ya los nuevos jefes del Gabinete no necesitarán del respaldo expreso del Congreso para continuar en funciones. La noche del jueves, Mirtha Vásquez recibió la confianza del Parlamento, con 68 votos a favor, 56 en contra y 1 abstención, pero en anteriores gobiernos varios primeros ministros no corrieron con la misma suerte y tuvieron que renunciar: como fue el caso de Pedro Cateriano.
LEE TAMBIÉN: Avelino Guillén: exministros del Interior plantean las prioridades que debe tener la nueva gestión
De acuerdo al artículo 130 de la Constitución Política del Perú, dentro de los 30 días de haber asumido el cargo, el primer ministro debe acudir al Congreso, en compañía de los demás ministros, para exponer la política general del gobierno. Para esto, plantea la cuestión de confianza.
LEE TAMBIÉN: Premier Mirtha Vásquez sobre el voto de confianza en el Congreso: “Estamos optimistas”
El texto modificado quedaría redactado de la siguiente manera: “Artículo 130.- Dentro de los treinta días de haber asumido sus funciones, el Presidente del Consejo concurre al Congreso, en compañía de los demás ministros, para exponer y debatir la política general del gobierno y las principales medidas que requiere su gestión. La exposición no da lugar a voto de confianza por parte del Congreso. Si el Congreso no está reunido, el Presidente de la República convoca a legislatura extraordinaria.”
Entre los motivos que fundamentan su propuesta, la parlamentaria sostiene que la experiencia de los recientes gobiernos ha demostrado que el voto de confianza a los nuevos gabinetes no ha cumplido con la intención del Constituyente de 1993, que era la de construir acuerdos entre el Ejecutivo y el Legislativo”.
En el documento se indica que en la forma de Gobierno del Perú, un “presidencialismo atenuado”, el voto de confianza a los nuevos gabinetes “no tiene sentido en la forma”.
“(...) Compromete al Congreso de la República a pronunciarse o a legitimar un gabinete en el cual no ha participado en su conformación”, afirma.
El proyecto de ley, según explica la congresista “busca abordar la ineficacia del voto de confianza, pues si bien se concibió con una intención de buscar la cooperación entre los poderes del Estado, la realidad es que en la experiencia vivida no ha sido motivo de cooperación, sino de enfrentamiento”.
Agrega que el nuevo Presidente del Consejo de Ministros y el Gabinete se presentarán ante el Pleno del Congreso para exponer y debatir la política general del gobierno, pero no será necesario el voto de los parlamentarios.
“Se evitará una situación de conflicto entre los poderes del Estado, pues el Congreso de la República no se verá obligado a aprobar un gabinete en el cual no ha participado o para el cual no ha sido consultado”, indica.
Implicancias
El abogado constitucionalista Víctor García Toma consideró que el proyecto de reforma constitucional es la vía idónea para plantear la eliminación del voto de confianza, y apuntó que podría haber consenso en el Parlamento respecto a esta propuesta.
“El Jefe de Gabinete simplemente va a exponer los planes, programas y acciones que ha consignado el presidente con la ayuda de sus ministros, pero quien dirige el país es el presidente de la República, se ha demostrado que el voto de investidura, además de infecundo, genera problemas de gobernabilidad, creo que es una buena decisión, estoy seguro que el Poder Ejecutivo está de acuerdo”, sostuvo.
García Toma explicó que para que este proyecto sea aprobado se requiere dos legislaturas consecutivas con 87 votos o una primera legislatura por lo menos con 66. Después, someterlo a referéndum.
“Creo que se va a alcanzar consenso, es una institución inútil en el sistema”, afirmó.
El abogado constitucionalista Erick Urbina señaló que se debería apuntar a una reforma “mucho más amplia”, donde se incluya, además del voto de confianza, aspectos de la moción de censura y vacancia presidencial.
“También a la propia moción de censura, debe tener mayores límites regulados incluso a nivel constitucional, no solo a nivel del reglamento del congreso, y a nivel de vacancia presidencial, que no es un mecanismo de control, debe ampliarse el número de votos, no debe quedar en 87 sino en 104″, sostuvo.
Urbina consideró que “el primer ministro obedece a una designación del presidente de la República y no a un designio del parlamento, por lo tanto no merece la confianza del Parlamento, sino solamente del presidente”.
El especialista se mostró de acuerdo con el proyecto de reforma constitucional, y afirmó que se debería eliminar el voto de confianza, pero “preservar la cuestión de confianza, que es una figura distinta”.
“Un gabinete ministerial obedece a la confianza del presidente, no del Parlamento, creo que el gabinete recién jurado debe ir al Parlamento, (...) estamos en un sistema mixto, las prerrogativas hay que medirlas en esa dimensión también, el presidente puede observar un proyecto de ley y el Legislativo lo puede observar por insistencia, y vamos al Tribunal Constitucional”, dijo.
La constitucionalista Úrsula Indacochea destacó que este proyecto coincide con lo planteada por el propio Ejecutivo, en su propuesta de reforma “para fortalecer la gobernabilidad y la confianza” con el Congreso. “Desde ese punto de vista, me parece positivo”, comentó.
Agregó que la actual forma en que se regula el voto de confianza un nuevo gabinete responde a un modelo parlamentario que es distinto al nuestro.
“En esos modelos, el gabinete tiene que ser aprobado por el órgano legislativo, mientas que en el modelo de base presidencial que tenemos, el gabinete obtiene su confianza política del ejecutivo al ser nombrado”, dijo a El Comercio.
“Algunos profesores, como Francisco Eguiguren, han resaltado que este voto debilita al Congreso (pues la negativa cuenta como la primera de las dos que se necesitan para habilitar la facultad presidencial de disolver el congreso) y que por eso, mas que un respaldo político, puede ser un voto por temor o estratégico”, dice Indacochea.
Para la abogada, eliminar esa “debilidad” no modificaría en esencia nuestro modelo de gobierno, sino que generaría “un espacio para que la denegatoria de confianza recupere su naturaleza de ser una expresión de apoyo político”.