Desde junio, el Congreso de la República tenía un dictamen de la Comisión de Justicia que proponía crear el delito de “terrorismo urbano” y, desde finales de setiembre, empezaron a ingresar más iniciativas de congresistas que querían aparecer en la foto final, superando los 30 proyectos de ley. Pese a lo que parecía ser un consenso rotundo, que incluía un proyecto del propio gobierno, el pleno legislativo no encontró los votos y dejó en stand by. Esta es la historia de un nuevo capítulo de anti-técnica parlamentaria en la era de Eduardo Salhuana.