Tras la salida de Daniel Urresti, después de apenas ocho meses, el Ministerio del Interior en la gestión de Ollanta Humala sigue siendo la cartera en que más veces se ha cambiado de cabeza. Y aunque parece que la intención es que este gabinete sea el último de este gobierno, las tendencias indican que Interior podría sufrir un cambio más a 526 días de terminar el régimen.
Hasta ahora el tiempo promedio de duración de un ministro del Interior en este Gobierno ha sido de 184 días, el más bajo de todas las carteras.
Con el ingreso de José Luis Pérez Guadalupe suman siete ministros que pasaron por este sector, cifra igual a la que tuvieron los dos últimos gobiernos. Y todavía falta poco menos de año y medio.
El último cambio en Interior hecho durante la gestión de Alejandro Toledo se hizo a 11 meses del final del gobierno. En el caso de la gestión de Alan García, el último cambio se hizo a 8 meses de que el mandatario entregue la banda presidencial.
Los cambios continuos en la cartera de Interior se deben a una complicada política azuzada por los conflictos sociales y la inseguridad ciudadana, y un cambio más implicaría, según el analista político Carlos Basombrío, que una nueva crisis se ha gestado en el Gobierno.
"Duran poco porque es un sector complicado. Hay muchos conflictos sociales, que con el añadido de la violencia y la seguridad ciudadana desbordada, hace que los ministros tengan una estabilidad muy precaria", indicó Basombrío, ex viceministro del Interior.
Como se recuerda, Óscar Valdés dejó la cartera para tomar el cargo de presidente del Consejo de Ministros luego de que Salomón Lerner Ghitis renunciara en medio del conflicto por el proyecto minero Conga. Su sucesor, Daniel Lozada, renunció luego de que la Operación Libertad en La Convención dejara ocho agentes fallecidos.
Wilver Calle, el ministro del Interior que menos duró en el cargo, dejó su puesto tras una recomposición del gabinete luego de que Valdés renunciara a la jefatura de la PCM por el conflicto minero Conga. Mientras que Wilfredo Pedraza cayó debido a los cuestionamientos que pesaban sobre él por la irregular custodia policial alrededor de la casa del ex operador montesinista Óscar López Meneses.
Walter Albán presentó su renuncia por "motivos personales" y Daniel Urresti fue cambiado en medio de cuestionamientos respecto a su gestión en la crisis de Pichanaki y con una imagen desgastada por sus continuos enfrentamientos con la oposición.
"En el caso de Urresti, él se volvió un problema político para la estabilidad del gabinete de Ana Jara en la medida que había polarizado muchos sectores. Esto hacía que fuera un problema político y que mantener a Ana Jara en el gabinete requiriera que saliera Urresti", agrega Basombrío en diálogo con El Comercio.
En medio de este escenario de continuos cambios ministeriales la lucha contra la inseguridad ciudadana, por ejemplo, es cada vez más complicada.
"Estos cambios implican que es imposible que haya una continuidad en las políticas. Con Urresti solo hubo impulsos", agrega el analista.
Las cifras indican también que José Luis Pérez Guadalupe tiene un triple reto: no solo mejorar indicadores, preparar el camino al próximo gobierno y convertirse en el ministro del Interior con mayor duración: Wilfredo Pedraza, el ministro del Interior que tuvo más tiempo el fajín, duró 480 días y hoy, con Pérez Guadalupe al mando, faltan 526 días para el 28 de julio de 2016.
Al respecto, Basombrío opinó que por ahora el desafío para Pérez Guadalupe debe ser “lanzar reformas que ninguno de los ministros ha intentado para sembrar instituciones mejoradas para que en el siguiente gobierno se pueda sentir la seguridad ciudadana”. Sin embargo, no se puede esperar que el flamante ministro del Interior acabe con la inseguridad ciudadana en su gestión. “Para eso se necesita tiempo”, afirma. Y ha quedado demostrado que eso es lo que menos hay en esa cartera.
