Rómulo León Alegría, el ex ministro aprista de Pesquería, el ex diputado que se agarró a golpes con Olivera y uno de los protagonistas de los ‘petroaudios’, se defiende y hasta jura por la vida de sus hijos y nietos que no realizó actos ilegales para favorecer a la empresa noruega Discover Petroleum Internacional. Aunque expulsado del Apra, dice que votará por Alan García, a quien aún no perdona por haberlo llamado “rata”.
— En la última audiencia a Alberto Quimper y a usted se los vio sonrientes. ¿Es porque el proceso está agonizando por la nulidad de audios y correos?
Pese a todo lo que me ha pasado y por más que he llegado a ser el símbolo de la corrupción en el país y me llamaron rata, nunca perdí la fe porque sé que soy inocente. Lo que ha hecho esta sala con su resolución es darnos seguridad jurídica, pero se está haciendo escándalo de una decisión apegada a derecho y que traduce coraje y valentía de una sala. Ninguno de los procesados lo hemos pedido.
— ¿No fue un exceso haber declarado ilícitas algunas pruebas como la información hallada en su computadora, que no fue producto de una incautación sino de una entrega voluntaria por parte de su secretaria a la fiscalía?
Eso es falso. Mi secretaria fue amenazada para entregar la computadora. Y esa computadora fue vulnerada y abierta por un fiscal y un policía antes de ser entregada a un juez. Allí limpiaron mis correos con García, Alva Castro y Del Castillo e introdujeron correos falsos.
— ¿También está de acuerdo con que se haya declarado ilícitos los correos que contenía su computadora?
Le voy a decir algo que quizá le va a asombrar. Esta resolución, que yo respeto y acato, que está apegada a derecho y que yo saludo porque le da seguridad jurídica a todo el país, a mí no me conviene. Yo hubiera preferido que no se diera.
— ¿Por qué?
Porque mañana, cuando me den una sentencia exculpatoria, me van a decir: “claro, pues, cómo lo van a condenar si se quitaron los mil correos que estaban como pruebas”. Pero a mí las pruebas no me incriminan, eso la sala ya lo vio y lo analizó en este año y medio de juicio. Todos los correos ya fueron evaluados. No hay uno donde se hable de algo ilegal.
— Usted le daba credibilidad a los correos. Cuando Alan García fue a declarar, usted insistió en que él reconociera algunos correos que usted le envió y donde se evidenciaba la labor que realizaba para los noruegos.
Pero por supuesto, los correos están allí, son míos, no los puedo negar. Hay otros que son inventados. Cómo voy a negar lo que yo he producido durante el tiempo que trabajé para los noruegos.
— En uno de esos correos, con fecha 23 de julio del 2008, usted informa a sus jefes que han calificado a Discover Petroleum para participar en el concurso de selección. ¿Cómo lo supo si Perú-Petro recién dio a conocer eso el 25 de julio a través de una carta?
Una cosa es que la carta llegue el 25 y otra que la decisión la hayan tomado antes.
— La fiscalía piensa que eso demostraría que las cosas se acordaban bajo la mesa y que por eso usted sabía con anticipación de esa calificación.
Un funcionario me dijo que ya estaba calificada y que la resolución saldría dos días después, entonces mandé un correo con la información. ¿Dónde está el dolo, dónde está el delito?
— La fiscalía también señala que usted le habría entregado dinero a Quimper de parte de Ernesto Arias Schreiber.
Yo no recibía dinero, el dinero le llegaba a Arias Schreiber. Cómo él iba a entregar dinero a través de mí, si ellos eran amigos. Están en un error.
— ¿No hubo nada ilícito en la adjudicación a Discover?
Se lo juro por la vida de mis hijos y de mis nietos.
— Usted ha dicho que Alan García “no debería levantar la bandera” del aprismo en las elecciones del 2016. ¿Si no es García, quién?
No lo he dicho tan tajante, Alan García es aprista, eso es innegable, pero lamento que se haya apartado de algunos de los preceptos de Haya de la Torre y sobre todo de algunas normas de conducta del aprismo, como la fraternidad. Siempre le fui leal a García, no tengo nada de qué avergonzarme, pero él ha sido infraterno. […] Él ya no es un aprista genuino, se ha convertido en el candidato de la derecha.
— ¿Es Enrique Cornejo una mejor opción para las presidenciales que García Pérez?
No, no creo eso. Creo que Alan García es un excelente candidato para ganar y un excelente presidente si llega a ser gobierno. [Solo espero] que vuelva a la línea de Haya de la Torre, pero yo tendría que ser necio para dejar de tomar leche, porque me peleo con el lechero. Puedo estar muy resentido con García por sus excesos, pero no puedo dejar de reconocer que es el mejor candidato.
— ¿Votaría por García?
Cuando llegue el momento de votar, yo voy a mirar la cédula y no puedo marcar otra cosa que no sea la estrella. ¿Pero está García detrás de la estrella? Para mí, la estrella está en primer lugar. Yo tengo 50 años de aprista, yo no voy a cambiar [al partido] porque García me insultó. Ese es problema de él.
— ¿En qué se diferencia el Apra de García con el de Haya de la Torre?
Los apristas fueron perseguidos, encarcelados, deportados y hasta asesinados. ¿Cómo cree que sobrevivió el partido a eso? Por la fraternidad, que hace que el aprismo sea un sentimiento, un compromiso y una hermandad. Eso es lo que lesiona García. Por ejemplo, el lunes hubo una ceremonia para conmemorar los 85 años del Partido Aprista y García no fue. Alan García desprecia a la masa aprista y la usa para sus fines electorales.
— ¿Cree que tenga aceptación si postula a algún cargo con el antecedente de los ‘petroaudios’?
Por supuesto. No tengo la menor duda de que tendría el respaldo de mucha gente. Cuando estaba en la prisión tenía dos preocupaciones: la primera era de qué iba a vivir y, la segunda, temía que me insulten en la calle. Me conozco, sé que soy capaz de agarrar una silla y reventársela en la cabeza a quien me insulte. En los cuatro años que llevo fuera de la cárcel, nadie ha gritado en mí contra ni me ha hecho sentir mal. Todo lo contrario, recibo afecto y la gente me para en la calle para tomarse un ‘selfie’.
— ¿De qué vive? ¿Sigue siendo representante de empresas privadas?
No, lamentablemente no. Doy clases y cursos de márketing político. Ahora que vienen las elecciones espero ganarme un dinerito, porque sí sé entrenar a gente para que sean políticos con vocación de servicio, inspirados en valores, que sepan ser coherentes y comunicarse.
— Usted ha sido ministro de uno de los peores gobiernos de la historia del Perú y se ha visto comprometido en aparentes hechos de corrupción. Algunas personas pueden decir, ¿qué de bueno le puede enseñar Rómulo León a un político joven?
Yo manejo mi vida en base a valores, pueden acusarme de lo que quieran, pero soy una persona que tiene posiciones firmes, no soy agüita de malvas. Si creo que debe restituirse el Senado, yo en el Congreso estaría luchando por ello. Y si usted me insulta, yo volvería a cruzar el hemiciclo como lo hice para pedirle cuentas a [Fernando] Olivera, sé que eso está mal, pero nadie puede decir que cuando fui ministro y diputado [entre 1985-1990] cometí un delito. Me investigaron siete años y no encontraron nada. Los ‘petroaudios’ pueden haberme etiquetado, pero voy a salir inocente.
— En 1998, cuando su hija Luciana León tenía 20 años, fundó la empresa Inversiones Inmobiliarias Suedat S.A.C., usada para la compra de un departamento de US$176 mil.
Esa empresa es mía, yo se la puse a ella, como este departamento lo puse a nombre de mi hijo Rómulo.
— ¿Usted pago entonces?
Por supuesto.
— ¿De dónde salió el dinero?
¿Qué le importa? Eso fue en 1998 y no le tengo que dar detalles. A mí me investigaron por lavado de activos y ahí demostré todo. Tengo dos departamentos en 70 años de vida.
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Miguel Facundo Chinguel hablaba con presos en sus celdas ►http://t.co/yjHvguyzch (Por @mariomejiah) pic.twitter.com/tRhpEiHHQM
— Política El Comercio (@Politica_ECpe) septiembre 25, 2015