La ciclista cubana Lisandra Guerra, protagonista de uno de los accidentes más aparatosos en lo que va de Juegos Panamericanos, aseguró estar acostumbrada al dolor físico porque los golpes son parte de su deporte. En doloroso incidente, donde se le incrustaron astillas a la centroamericana, quedó registrado en un video publicado por el canal de YouTube de Toronto 2015.
"Estoy acostumbrada al dolor, a quienes me quieren les duelen más mis quemaduras que a mí", confesó a la agencia Efe la deportista de 27 años.
En la segunda serie de los cuartos de final en la velocidad del ciclismo de los Panamericanos de Toronto, la bicicleta de Guerra rozó con la rueda trasera de otro vehículo y la hizo rodar por el piso del velódromo del cual saltaron tres astillas de madera que se incrustaron en su brazo derecho, según se aprecia en YouTube.
La caribeña, originaria de la provincia de Matanzas, confesó que al caer no recordó nada y no está en condiciones de narrar su accidente. Posteriormente quedó eliminada al dejar la serie con Gaxiola 1-1 y no acudir a la vuelta de desempate.
Las astillas atravesaron la piel de la cubana en la parte posterior del brazo y, a pesar del dolor, se retiró de manera tranquila, según el material de YouTube.
La deportista dio una muestra de su fortaleza mental mientras estaba en la clínica donde le sacaron las astillas y le pusieron puntos para cerrar la herida. En vez de quejarse, Guerra le exigió al médico que se apurara para poder regresar al velódromo a cerrar la competencia.
"Lo que quería era que terminara para seguir corriendo", reconoció la corredora, con cinco medallas en Campeonatos Mundiales, incluida la de oro en 500 metros en el de Manchester 2008.
Lisandra dice no recordar sus caídas en el ciclismo y a la primera provocación sobre el tema enseña uno de sus brazos donde tiene enterrado un pedazo de velódromo, o sea un pedacito de madera de una de sus muchas caídas en un lugar del mundo que no recuerda.
"Esta no sé ni donde fue", dice mientras gira el brazo y muestra el trofeo.
Aunque no practica ninguna religión, la cubana se reconoce como una mujer supersticiosa que cambia sus medias o su traje si alguien los toca antes de ella, y lleva colgado en las orejas un par de aretes en forma de bicicleta para atraer la buena suerte.
"Sé cuando me los tengo que poner, a veces solo basta tenerlos al lado de mi cama y mirarlos", cuenta.
Guerra será una de las cartas principales de su país para los juegos Olímpicos de Rio de Janeiro, a los que llegará con 28 años, en un buen momento de su carrera luego de haber ganado un bronce en los Mundiales de ciclismo de este año.
"Espero que sean mis Juegos Olímpicos, ya me toca", dijo la competidora, sexta en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
(Fuente: EFE)
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— El Comercio (@elcomercio) julio 21, 2015
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