:quality(75)/arc-anglerfish-arc2-prod-elcomercio.s3.amazonaws.com/public/QCLJQEJJRVFWLO3OGGAJEJSH5Y.jpg)
Si muchos pensaban que este año sería nuevamente un monólogo de victorias para Mercedes, Sebastian Vettel, a bordo de su Ferrari SF-15T se encargó de demostrar que no será así y ratificó la buena carrera de Australia con un gran triunfo, el primero de Ferrari desde mayo del 2013 cuando Fernando Alonso ganó el GP de España.
El tetracampeón logró su primera victoria en la escudería italiana tras mantener en todo momento un sorprendente ritmo de carrera que le permitió superar por ocho décimas a Lewis Hamilton, mientras que Nico Rosberg tuvo que contentarse con el tercer lugar. Kimi Raikkonen redondeo la actuación de Ferrari alcanzando la cuarta posición a pesar que al inicio de la carrera tuvo un problema con uno de sus neumáticos.
La carrera tuvo su punto de quiebre muy temprano, en la vuelta 4, cuando tras una bandera amarilla muchos de los monoplazas decidieron parar en pits, cometiendo un gran error los flechas plateadas ya que sus dos autos entraron a la vez generando que Rosberg perdiera segundos al esperar en cola que atiendan a Hamilton. Vettel optó por no parar en ese momento y Ferrari le ganó la pulseada táctica a los alemanes.
De ahí en adelante Vettel no dejó el primer lugar a pesar de los constantes intentos de Hamilton al final que venía haciendo una serie de vueltas rápidas insuficientes para evitar la primera derrota de Mercedes tras ocho Grandes Premios ganados consecutivamente.
Detrás de estos llegaron los Williams con Valtteri Bottas quinto y Felipe Massa sexto, mientras que los debutantes de Toro Rosso sorprendieron con un séptimo lugar para Max Verstappen y octavo Carlos Sainz Jr., superando incluso a sus hermanos mayores de Red Bull que ocuparon el noveno y décimo lugar con Daniil Kvyat y Daniel Ricciardo.
