La firma digital muchas veces reemplaza a la rúbrica de puño y letra; la lista del mercado ahora está en el bloc de notas del celular; y hasta los apuntes de las clases se hacen directamente en tablets y laptops. ¿A dónde se fue esa hermosa costumbre de adornar las letras capitulares y escribir con cursivas sobre papel, dibujando letra tras letra? Afortunadamente, ‘activistas’ de la caligrafía tienen el propósito de continuar promoviendo el amor hacia la escritura a mano, con tinta y papel, provocando no solo un nuevo interés en los más jóvenes, sino también en recuperar su belleza.
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