Raphaela Berckemeyer y Claudia Vallejo

Es difícil imaginar un mundo en el que no podemos salir de nuestras casas, darnos ese abrazo fraternal, caminar libremente por la calle, tener los colegios y comercios cerrados, o cruzar nuestras fronteras. Pero así es el presente que nos toca afrontar para poder frenar el avance del

El estrés nos genera el deseo de querer controlar todos los aspectos de nuestra vida. Por lo que cuando algo se escapa de nuestras manos nos sentimos inseguros. Es clave tratar de identificar los sentimientos que estas situaciones nos generan y estar conscientes de ellos para poder así controlar lo que podemos controlar, y tomar mejores decisiones. Sin diferenciar si somos emprendedores, empresarios, líderes, padres y madres de familia encargados del hogar: nos vemos todos ante una realidad común cuyos factores y variables nos impactan de manera distinta. Algunas dudas que hoy nos saltan pueden ser:

-¿Cómo nos podemos organizar mejor si ahora tenemos que trabajar desde casa?

-¿Cómo podemos lidiar con nuestros equipos a la distancia?

-¿Cómo sacamos nuestro negocio adelante con una situación como la actual?

-¿Cómo de pronto me vuelvo profesor de uno, dos hasta tres o más hijos al mismo tiempo, mientras continuo haciendo lo que ya hacía antes?

El optimismo, la flexibilidad, la perseverancia y la resiliencia son comportamientos claves que nos pueden ayudar a responder estas y otras preguntas. Suena fácil decir que necesitamos ser optimistas o resilientes, pero sabemos que no lo es. Es un proceso en el que, si nos enfocamos en desarrollar una mentalidad de crecimiento podremos sacar lo mejor de estos momentos críticos.

Mentalidad de crecimiento en tiempos inciertos

A diferencia de una mentalidad fija, la mentalidad de crecimiento es un estado mental que nos permite ver las cosas de una manera positiva; en la que el esfuerzo y el error son parte del aprendizaje para crecer y salir adelante. ¿Cómo podemos lograr una mentalidad de crecimiento en este tipo de situaciones? Les compartimos un par de tips que creemos nos pueden ayudar a desarrollarla (pueden sonar muy obvios, pero a veces los perdemos de vista)

-Cambiar nuestras palabras. Si pienso: “Esto es muy difícil, no puedo concentrarme en mi casa”. Pensemos: “Intentaré organizarme diferente, buscaré estructura, reacomodaré mis horarios y prioridades”

-Aceptar que son situaciones nuevas. Que el esfuerzo es clave y que iremos aprendiendo en el camino; si nos equivocamos no será un fracaso sino un aprendizaje.

Desarrollar una mentalidad de crecimiento nos ayuda, entre otras cosas, a ser resilientes. La resiliencia es la capacidad de afrontar la adversidad y qué mejor que hablar de resiliencia en tiempos únicos y con desafíos impensables como estos. ¿Cómo podemos ponerla en práctica?

1. Haciendo una autoconciencia e identificando nuestras fortalezas y áreas de oportunidad para tomar mejores decisiones.

Por ejemplo: Soy bueno estructurando equipos en mi trabajo y controlando mis tiempos; ahora que estoy en casa, ¿cómo replico eso en mi situación actual donde todos estamos juntos en un mismo lugar el 100% del tiempo?

2. Confiando en nuestras capacidades y asumiendo las dificultades como una oportunidad para aprender.

3. Siendo creativos. Veamos el vaso medio lleno y no medio vacío. Practiquemos la mentalidad de crecimiento y busquemos nuevas opciones.

Por ejemplo: Soy restaurantero, no puedo operar. ¿Qué hago? ¿Cómo me mantengo activo? Quizás… ¿Recetas online? ¿Consejos de cocina? ¿Cómo puedo ayudar a las personas a llevar una alimentación saludable cocinando en casa? ¿Cómo puedo ayudar con ideas fáciles a quienes hoy necesitan cocinar y antes no lo hacían?

4. Rodeándonos de personas con actitud positiva.

Por ejemplo: Construyamos redes de apoyo y mantengámonos conectados unos a otros. Se vale levantar la mano, pedir ayuda y aprender de lo que otros están haciendo sin juzgarnos ni compararnos. Hagámoslo tanto para nuestros temas de casa como para los de nuestros trabajos.

5. No intentando controlar la situación sino nuestras emociones. Separemos las cosas que sí podemos controlar de las que no.

6. Practicando “mindfulness”. Estar en el aquí y ahora. Seguramente estamos pensando qué va a pasar. Es normal, pero hagamos el esfuerzo de vivir en el presente; eso nos ayudará a sentir mayor control.

Por ejemplo: Aprovechemos que tenemos una pausa obligada y estamos más en casa para buscar esos 15 minutos que antes no teníamos para meditar. Está probado que empezar el día meditando nos ayuda a aclarar nuestros pensamientos y tener una visión más positiva de las cosas.

Estamos todos en el mismo barco. Son momentos difíciles que nos ponen a prueba diario. Tratemos de aceptar las experiencias tal y como se presentan e intentemos sacarles el mayor provecho. Enfoquémonos en fortalecer nuestra resiliencia a través de una mentalidad de crecimiento que no solo nos servirá para lo que hoy estamos viviendo, sino para todos los retos que enfrentemos en nuestra vida profesional y personal.

*Raphaela Berckemeyer y Claudia Vallejo son coaches ejecutivas certificadas por la Universidad de Columbia Más de su trabajo en

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