Paciencia, buen humor y un eventual escape en redes sociales para compartir preocupaciones comunes. Aquella es una fórmula que muchos papás y mamás vienen aplicando durante los casi tres meses que el Perú lleva en cuarentena, y todo indica que parece funcionar. La diseñadora y fotógrafa Carla Yrigoyen lo sabe de primera mano. Los hijos no vienen con manual de instrucciones, confiesa, y situaciones atípicas -como abandonar todas las rutinas para permanecer en casa- lo confirman. Ser padres es una labor que ocupa 24 horas al día. Pero, ¿qué pasa cuando nuestros días dejan de ser como lo eran antes, y debemos multiplicar nuestras capacidades?
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En abril de 2019 Carla empezó una plataforma a través de Instagram con el objetivo de conversar con otras madres e intercambiar tips, dudas y problemáticas. Su página “Soy mamá. Soy mujer” la ayuda a compartir sus experiencias, que suelen ser las mismas que las que otros padres y madres están viviendo actualmente. Sobre todo en lo que tiene que ver con la educación a distancia. La idea nació con la llegada de su hija, Aluhe. “Mi mundo se puso de cabeza”, cuenta Carla, diseñadora y fotógrafa de profesión. “Dejé absolutamente todo de lado: mis proyectos, negocio, mi vida familiar y social. Me centré 100% en la crianza de mi hija, llevándome al límite de exigencia y tratando de controlar todo en mi rol de mamá. Toda esta situación me llevó a una profunda depresión sin poder disfrutar del proceso que estaba viviendo”, nos cuenta.
La primera gran recomendación de Carla es que los padres aprendan a soltar las culpas. Es necesario mantener el bienestar físico y emocional para poder trasmitir esa energía a la familia, insiste. Lo es aún más cuando las circunstancias nos ponen a prueba.
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Estas semanas en cuarentena, el apoyo que tanto ella como sus seguidoras reciben a través de su comunidad virtual ha sido clave para sobrellevar los cambios. Instagram se ha convertido en un lugar de encuentro para responder interrogantes en común y ayudarse mutuamente, a veces tan solo con una breve conversación. Un aspecto muy importante en este período es que, a pesar de estar todo el día en casa juntos, es vital que cada uno se de un tiempo para sí mismo. La salud emocional no debe descuidarse: no olvidemos que la primera gran lección viene con el ejemplo.
Como muchos madres y padres, Carla también se ha adaptado al homeschooling. Si bien cada caso es distinto, hay algunas pautas que todos podemos poner en práctica. Aquí las resumimos, en base a su experiencia y a las de sus colegas.
- Los niños tienen que estar en un espacio con buena luz y ventilado. Vigilemos, eso sí, que no sientan frío ni hayan corrientes de aire.
- Los niños no deben tener cosas cerca que los distraigan. Procuremos que la mesa o escritorio estén lo más limpios que sea posible.
- Es importante que los niños tengan una rutina previa a las clases. Por ejemplo: levantarse, desayunar, lavarse los dientes, peinarse y cambiarse. Procuremos que no se conecten a sus clases en pijama.
- Si el niño o niña es grande, es importante que lo dejemos solo y los papás no estemos dando vueltas a su alrededor. Si son muy pequeños, podemos acompañarlos para que así se sientan seguros y tranquilos.
- En los momentos de pausa o ‘recreo’, es bueno que se distraigan, que salgan de la habitación, jueguen con algo (que no sea en la computadora o celulares) y que tengan un snack o bebida.
- Minutos antes de la clase, revisemos que tengan todos los materiales que necesitan: cuadernos, colores bien tajados, libros y otros. Esta es una actividad que se puede hacer en conjunto.
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