Renato Cisneros

He pasado las últimas dos semanas escuchando en Spotify las tres temporadas de «Caso 63», el podcast creado por el chileno Julio Rojas que se convirtió en el más escuchado en Latinoamérica el 2022. Ahí se nos cuenta la historia de la psiquiatra Elisa Aldunate, quien atiende en su consulta a un paciente misterioso, un hombre que ha sido detenido mientras caminaba desnudo por la vía pública hablando incoherencias.

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El sujeto se llama Pedro Roiter y asegura ser un viajero del tiempo que proviene del año 2062. Suena absurda, sin embargo, a partir de ese punto la trama —enriquecida por minuciosas explicaciones científicas, como por la complicidad que va tejiéndose entre ambos personajes— progresa de manera convincente. Pedro Roiter señala ante la doctora Aldunate que en el futuro habrá otra pandemia, «la grande», y que las mutaciones de un virus de nombre Pegaso acabarán con la humanidad. Le anuncia, además, que es ella la elegida para salvar al mundo y, con el afán de convencerla de que lo suyo no es un delirio ni un brote psicótico, le habla de detalles personales que nadie más podría saber (como las últimas palabras que dijo su esposo antes de morir). La doctora Aldunate, impactada, conmovida, reacciona ante las revelaciones del paciente y, por primera vez desde el inicio del tratamiento, cambia su actitud hacia él, depone sus certezas de médica y decide creerle. Y junto a ella, también los que escuchamos.

Lo que sigue es una vorágine explicativa acerca de asuntos entre místicos, técnicos y futuristas (líneas de tiempo, universos alternativos, láseres de luz circulante, campos gravitacionales, colonias en Marte, el gran borrado de Internet, mensajeros, portales, códigos que deben descifrarse, etcétera), pero todos ellos cobran sentido, encajan y suenan verosímiles gracias al vibrante diálogo de los protagonistas. En un sentido, «Caso 63» puede interpretarse como un tributo a la conversación en un tiempo en el que la conversación se ha vuelto inviable. Bajo los códigos de la serie, si el mundo se salva, es porque determinados personajes lograrán comunicarse y tejer un puente. Un mensaje poderoso en estos tiempos. No es casual que los momentos más emocionantes sean las discusiones, los debates, los contrapuntos, las confesiones, las declaraciones de amor. En realidad, la serie no trata de ciencia ficción ni del pasado ni del futuro, sino que utiliza esos tópicos para hablar de otra cosa: las relaciones humanas, la confianza, la fe, la conciencia de nuestra fragilidad. En última instancia, es eso lo que está en juego aquí: el entendimiento de que la realidad no es lo que vemos, sino lo que somos, y de que somos entidades vulnerables, cambiantes y pasajeras.

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Nunca he sido muy adepto a relatos de este tipo, pero este me ha resultado tremendamente inquietante y, sobre todo, posible. Desde que empecé a escucharlo, pasé a plantearme cuestiones que antes jamás habría considerado con seriedad: si los ‘dejà vú’ son acaso, como aseveran Roiter y Aldunate, ‘flashbacks’ de vidas anteriores, o si esas personas a las que uno encuentra familiares apenas conoce son o podrían ser viajeros del tiempo. No sé, tal vez uno se abre a nuevas percepciones después de vivir un trauma, y qué fue la pandemia de 2019 sino un trauma global y a la vez individual. Hoy estamos inmunizados contra el coronavirus, pero no hemos olvidado, o no deberíamos haber olvidado todo lo que vivimos, todo lo que perdimos, todo lo que nos pasó. Al demostrarnos que los escenarios apocalípticos pueden súbitamente convertirse en reales, esa pandemia desprogramó —acaso para siempre— nuestra vieja concepción de lo ficticio y por eso ahora somos menos prejuiciosos o escépticos frente a lo que antes etiquetábamos como «fantasioso».

El guionista Julio Rojas se volvió una estrella gracias al éxito de «Caso 63». La serie fue número uno en Chile, Argentina, Colombia, México y Estados Unidos. Tiene adaptaciones al inglés, al portugués, al hindú. Nunca un podcast de habla no inglesa había llegado tan lejos. Escúchenlo hoy mismo. Mañana, si es que acaso hay un mañana, puede ser muy tarde. //


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