Cantagallo. Los niños y su inocencia. El mural detrás fue pintado por Joe Fernández / Zelva 1. FOTO: ROLLY REYNA / EL COMERCIO PERU
Cantagallo. Los niños y su inocencia. El mural detrás fue pintado por Joe Fernández / Zelva 1. FOTO: Rolly Reyna.
Miguel Villegas

David Ramírez Nunta tiene 29 años, tres hijos, una casa de triplay con piso empedrado, literalmente: piedritas, chapas, se mezclan con el barro que riega todos los días, para que no levante polvo.

Pero eso no es lo más importante de su hogar: en lo más alto de la sala multiusos, un colibrí reposa, rodeado de corazones psicodélicos, delineados con perfección de quien ha estudiado arte en una facultad:

-"En nuestra cultura, cuando uno colibrí llega a tu casa, llega la paz, el amor".

David Ramírez Nunta es artista plástico en : uno de los casi 300 mil shipibos-konibo que viven en Lima en condiciones inhumanas. Bastaría decir que las 238 familias que oficialmente están censadas han construido sus casas sobre el relleno sanitario que besa el Río Rímac, el afluente limeño (1) que más contamina nuestro Océano Pacífico.

(1) En 2016, Sedapal confirmó que la materia orgánica que contamina el río Rímac está por encima de los valores permitidos, situación que es grave. Según esta información, para ese año estaba 10 veces más contaminado por arrojo de residuos.

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El día en que lo fuimos a ver, a contemplar su obra, el artista shipibo David Ramírez (2) veía cómo un grupo de niños jugaba al pie de su taller, con unos carritos mutilados. Entonces quiso decir esto:

“Amigos de El Comercio. Les hablo desde mi humilde comunidad. Soy artista plástico del alto Ucayali. Vivo aquí con mi familia, mis tres hijos, siempre están a mi lado y luchamos para vivir mejor. Nunca dejo de amar mi cultura. Tengto la sangra indígena shipibo. De ellos aprendí este don maravilloso, el arte. Muchas gracias. Estoy aquí todos los días. Haciendo mi arte. Cocino con mi esposa. Hacemos collares. Somos artistas los dos. Somos un grupo de artistas que poco a poco estamos formando una galería. Queremos convertir mi casa en una galería del pueblo shipibo. Quiero pedir que nos apoye el gobierno, que tanto nos ha mentido. Nos dijeron que en 8 meses nos iban a construir nuestras casas y ya pasaron 3 años. Por eos hemos vuelto. Necesitamos desagüe y agua, además de todo para vivir”.

Luego, nos dimos un abrazo. Y hablamos de precios.

(2) El artista David Ramírez Nunta vende sus obras para mantener el taller y a su familia con precios que van desde los 500 hasta los 2.000 soles. Puedes ubicarlo en el 973140289 y en FB como Colectivo Cultura Shipibo-Konibo.

24 DE ENERO DE 2020

Fotos a niños. Una poblacion shipiba vuelve a la ladera del río Rímac en condiciones inhumanas.
CANTAGALLO
NATIVOS SHIPIBOS

FOTO: ROLLY REYNA / EL COMERCIO PERU
24 DE ENERO DE 2020 Fotos a niños. Una poblacion shipiba vuelve a la ladera del río Rímac en condiciones inhumanas. CANTAGALLO NATIVOS SHIPIBOS FOTO: ROLLY REYNA / EL COMERCIO PERU
/ ROLLY REYNA

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se incendió en el 2016. Hace tres meses, cansados de tantas promesas, los shipibo-konibo decidieron volver a su ubicación original. Frente a ellos, pasa el tren eléctrico y toda su modernidad. Desde una cumbre donde se pueden ver sus casas, caen dibujados en la tierra ríos de pichi que no tiene otro sitio donde huir.

Es el peor lugar del mundo para vivir. A cinco minutos en taxi está Palacio de Gobierno, sus columnas de mármol blanco, sus cuatro arañas estilo Luis XIV, su Salón Dorado recubierto en pan de oro. Y nadie vive allí.




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