¿Qué hacían antes de alcanzar el éxito una figura de la televisión, un destacado actor, una cocinera visionaria, un reconocido artista gráfico y una autora récord en ventas? En este Día del Trabajo, ellos compartieron sus historias con Somos.
FIORELLA RODRÍGUEZ
La llamaron para que reemplazara a la hostess del restaurante Costa Verde por un par de semanas, pero se terminó quedando por cinco años. Fiorella Rodríguez tenía 20 cuando consiguió su primer empleo, por recomendación de su hermana mayor. Y aunque primero fue anfitriona, luego pasó a ser asistente de barra y posteriormente jefa de salón. “El Costa Verde era de los pocos restaurantes de lujo que había en Lima. Trataba con muchas personas importantes… políticos, empresarios, gente de la televisión”, recuerda. Fue así que, un buen día, la ex reina de belleza Jessica Newton le propuso participar en el Miss Perú. Aquel fue el puntapié para dar un giro e iniciar su carrera en el mundo del entretenimiento. Por estos días acompaña a Carlos Galdós en el programa Por Dios y por la plata (Panamericana Televisión), y acaba de estrenar la película No me digas solterona 2.
CHERMAN
A fines de la década del 70, mucho antes de ejercer el oficio de artista gráfico, Cherman Quino Ganoza era un adolescente aficionado al dibujo, que pasaba sus días en la residencial San Felipe, el barrio donde creció. Durante el verano de 1978, su mejor amigo de la infancia le propuso trabajar en la tienda de zapatillas que tenía su padre, en Miraflores. “Era una época mágica. En casa la pasábamos bien, no había necesidad de que trabaje, la crisis recién vendría en los 80″, recuerda Cherman. Sus labores consistían principalmente en atender al público, llevarles el modelo que solicitaban y ordenar el calzado en los anaqueles. Así se ganó sus primeros soles. Luego, con el pasar del tiempo, el diseñador abriría su propio espacio: Faite, una tienda para exponer su obra y venderla. El año pasado ganó el Premio a la Innovación Tecnológica en el sector minero, por una animación digital inspirada en el arte precolombino, y pronto presentará un grupo de serigrafías en la librería Vallejo, en San Isidro, siempre con su sello característico.
ARLETTE EULERT
Cuando llegó a la adolescencia, la chef Arlette Eulert sintió la necesidad de aportar en los gastos del hogar: luz, agua, teléfono. Enterado de ello, un tío suyo la reclutó a los 14 años para que trabajara en el área administrativa de su empresa, dedicada a la elaboración de golosinas. “Aprendí a darle valor al trabajo, a ser responsable, a organizarme”, cuenta. Arlette se encargaba de archivar documentos y contestar llamadas telefónicas. Al terminar el colegio estudió pintura, pero la cocina la terminó seduciendo. Por un buen tiempo trabajó con Rafael Osterling en El Mercado, hasta que abrió Matria, su propio negocio de comida. Hoy es profesora de la carrera de Gastronomía en la PUCP, dirige la dark kitchen Brutal y en unos meses abrirá un nuevo restaurante en Puerto Maldonado.
RAMÓN GARCÍA
Huérfano de padre y madre, Ramón García creció en el Callao y fue criado por sus hermanos mayores. A los 15, un medio hermano se emparentó con la familia Macedo, cuna del gran compositor peruano y arreglista de salsa Lucho Macedo. A raíz de ello, formó una amistad con los hermanos y músicos Juan, Pochi y Rolando Macedo, a quienes visitaba con frecuencia en su casa de Barranco. Ellos integraban una orquesta numerosa, compuesta por múltiples músicos, pero cierta noche que debían presentarse en Chincha, uno de los miembros enfermó. No era cualquier integrante: era el encargado de tocar la clave –1, 2, 3, va–, un instrumento fundamental en cualquier conjunto de salsa. Al actor y director de teatro le encomendaron la misión de llevar el compás de cada canción, y la cumplió con creces. “Lo principal era tener buen oído”, explica. “Me gané una buena propina, unos 500 soles para la época”, recuerda. Se quedó en la orquesta por un tiempo más tocando otros instrumentos, como el triángulo de metal. Ramón, que ha trabajado con Jude Law en la serie The New Pope y tuvo una reciente aparición en la película Don’t look up, dirige hoy la obra Féminas, en el Teatro Barranco. Las entradas están disponibles en Joinnus.
ROSA MARÍA CIFUENTES
La autora del bestseller Miénteme si puedes recuerda que desde niña era una ávida lectora. Le gustaban, sobre todo, los libros de literatura clásica e historia. Cuando terminó el colegio ingresó a estudiar Comunicaciones y, aun estando en los primeros ciclos, con 17 años, la contrataron como correctora de estilo en una revista científica. Con ese trabajo ganó su primer sueldo. “Tenía que corregir textos de gente muy instruida, pero cuyo talento principal no era la escritura”, cuenta. A la par, Rosa María se especializó en la técnica de Mian Xiang o lectura de rostro. Con el pasar del tiempo ejerció la cátedra universitaria, fue asesora de comunicaciones en distintas entidades y ha publicado una decena de libros con la editorial Planeta. Hace unos días viajó a España para aislarse a escribir y culminar su próxima publicación, la cual tiene planeado presentar en la Feria del Libro de Lima. //
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