En 2015, el concurso Changer La Mode Pour Le Climat, en París, cambió la visión de Valery Zevallos sobre la moda. Al año siguiente fundó Estrafalario (@estrafalario.pe en IG) con prendas a base de telas econyl y deadstok, de la mano de mujeres en situación vulnerable. “La moda debe ser una respuesta consciente al contexto que nos rodea”. (Foto: Elías Alfageme / Somos)
En 2015, el concurso Changer La Mode Pour Le Climat, en París, cambió la visión de Valery Zevallos sobre la moda. Al año siguiente fundó Estrafalario (@estrafalario.pe en IG) con prendas a base de telas econyl y deadstok, de la mano de mujeres en situación vulnerable. “La moda debe ser una respuesta consciente al contexto que nos rodea”. (Foto: Elías Alfageme / Somos)
Vanessa Cruzado Alvarez

En el último mes, (31) ha pasado día y noche entre su taller de Miraflores y el de su costurera de confianza, en Arequipa. Cada vez que está por lanzar una colección de Estrafalario (2016), su marca de ropa sostenible, no sale hasta tener todo listo. Este nuevo proyecto ha sido más que retador: diseñar y confeccionar ocho prendas inspiradas en la , una mujer de entre 20 y 25 años que ocupó el lugar más prominente de la civilización moche, hace 1.700 años.

¿Cómo plasmar a tan importante personaje que cambió la historia del Antiguo Perú, en ropa versátil y atemporal? Vamos por partes.

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El primer contacto con la Fundación Wiese, que tiene a su cargo la conservación y difusión del Complejo Arqueológico El Brujo, fue en 2019, cuando Valery postuló a su Fondo Emprendedor, que busca impulsar empresas que hayan sido creadas con la misión de atender un problema social relevante para las comunidades más vulnerables. “Teníamos que sustentar que nuestro trabajo, con más de 48 mujeres –entre internas del penal de mujeres de Chorrillos, madres jóvenes y artesanas de la comunidad de Ucayali–, incrementó su salario hasta en un 50%; que teníamos impacto ambiental por los materiales reciclados (deadstock y econyl, un hilo de poliamida hecho de residuos textiles en un 100%, principalmente por redes de pesca recuperadas del mar)”.

"Todo el proceso creativo me tomado, en promedio, un mes. Tuve la primera etapa[creativa] allá. Ir a los mismos lugares, sentarme en el mausoleo, entender todos estos dibujos. Cuando entras, hay una energía y sentí que conecté con eso", cuenta Valery Zevallos. (Foto: Archivo personal)
"Todo el proceso creativo me tomado, en promedio, un mes. Tuve la primera etapa[creativa] allá. Ir a los mismos lugares, sentarme en el mausoleo, entender todos estos dibujos. Cuando entras, hay una energía y sentí que conecté con eso", cuenta Valery Zevallos. (Foto: Archivo personal)

Su emprendimiento fue uno de los cuatro reconocidos con un monto significativo y acompañamiento por tres años. En el camino, la diseñadora quería desarrollar una colección relacionada con la costa. “Soy apasionada del arte textil peruano. Parte de la visión de Estrafalario ha sido trabajar con artesanas. Lo pudimos hacer en el 2020 con mujeres de la selva. Cuando me enteré de que cerca del centro arqueológico están las artesanas de Magdalena de Cao, que trabajan los textiles mochicas, pensé que era la oportunidad perfecta”. Hizo la propuesta y la fundación se sumó sin dudarlo.

A mediados de este año, visitó por cuatro días el complejo arqueológico, a 60 km al noroeste de la ciudad de Trujillo, y el pueblo de Magdalena de Cao, en la provincia de Ascope (La Libertad). Con la guía de los arqueólogos y especialistas en recuperación de técnicas textiles prehispánicas, tuvo acceso al mausoleo de la Señora de Cao, un recinto ceremonial de 275 metros cuadrados. Figuras representativas como el pez life de agua dulce, que simboliza la abundancia de agua; o los remolinos de agua dulce y agua salada fueron incluidas en sus bocetos. “Fueron el punto de partida para la colección, que tiene como base el blanco y negro, con aplicaciones de los tejidos de la cultura Mochica, con toques de fucsia y lapislázuli, los colores presentes en el fardo donde se encontraba la Señora de Cao”.

Mujeres del distrito de Magdalena de Cao fueron capacitadas en las técnicas textiles mochica. “Queremos devolver ese conocimiento para que mantengan viva su cultura”, explica Valery. (Foto: Fundación Wiese)
Mujeres del distrito de Magdalena de Cao fueron capacitadas en las técnicas textiles mochica. “Queremos devolver ese conocimiento para que mantengan viva su cultura”, explica Valery. (Foto: Fundación Wiese)

Los tatuajes de la Dama de Cao (serpientes y arañas en los antebrazos, los tobillos y los dedos de los pies) fueron bordados en las prendas acompañados de mensajes como ‘El legado del Poder’, ‘Dios Aiapæc’, ‘dualidad’, ‘divinidad’. “Hemos utilizado muchas telas fluidas para representar la mezcla del agua dulce y salada. Hay aplicaciones doradas labradas con caras del dios Aiapæc. Queremos que esta colección una el pasado y el presente”.

El trabajo no ha sido fácil. Tuvo que cambiar, por ejemplo, tres diseños porque las telas econyl se desgarraban al momento de unirlas con los telares de tapiz. Involucró desde el inicio al equipo de investigadores. “Cuando presenté las primeras ideas, a uno de los arqueólogos le gustaron. Lo veían supermoderno y a la vez con esa cultura milenaria rica”. Una vez finalizados y aprobados los bocetos, Valery fue a la tumba de la Señora de Cao a presentarle (y ofrendarle) su trabajo.

La colección ‘Señora de Cao, legado de poder’, de Valery Zevallos en alianza con la Fundación Wiese, está a puertas de lanzamiento (el próximo mes) en las tiendas de Estrafalario en Bellavista, Jockey Plaza y La Rambla San Borja. También estará a la venta en la web . “Son prendas que puedes utilizar de forma cotidiana y a su vez con una historia potente. Ese era mi reto. Quiero que se sienta la fuerza de la Señora de Cao y la importancia que tienen las mujeres en la sociedad. Que su legado de poder esté con nosotras”. Que así sea. //

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AL RESCATE DEL TEXTIL MOCHICA

Los textiles han jugado un rol clave entre nuestros antepasados: en sus prendas transmitían pensamientos y estas los identificaban dentro de la sociedad (abajo, la dama de Cao con tocado y simbología moche en su ajuar). Estos conocimientos, sin embargo, se vienen perdiendo. Parte de la alianza entre Fundación Wiese y Estrafalario es trabajar con las artesanas de Magdalena de Cao, comunidad aledaña al Complejo Arqueológico El Brujo, para volver a reproducir –en adelante– el textil mochica.

En las capacitaciones se han enseñado las técnicas de tapiz ranurado, tramas y urdimbres flotantes y el anunado (en la imagen). (Foto: Fundación Wiese)
En las capacitaciones se han enseñado las técnicas de tapiz ranurado, tramas y urdimbres flotantes y el anunado (en la imagen). (Foto: Fundación Wiese)

“El tapiz es una técnica muy reproducida que se ha extendido a lo largo de la costa peruana. El anudado, en cambio, es una técnica que los moche usaban con algodón en sus redes de pesca. Las tramas y urdimbres flotantes se encontraron en uno de los envoltorios de la Señora de Cao. Es un hilo delgado que da la sensación de movimiento. Con una brisa, ya se levanta”, explica Abigail Paulino, conservadora de bienes culturales y especialista en recuperación de técnicas textiles prehispánicas de la Fundación Wiese.

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