Éclair significa ‘relámpago’ y ahora muchas cosas tienen sentido. Se aprende algo nuevo todos los días cuando no se habla francés. Hace un año el proyecto de La Raffinerie aterrizó en Lima con una idea clara: reproducir clásicos de la pastelería francesa con un giro innovador. Tres franceses y una rusa enamorados del Perú están detrás del concepto, fresco y cercano.
Macarons, éclairs y chouxs (similares a los profiteroles) surten su vitrina con regularidad. Lo mismo va por los croissants, tartaletas y quiches que se elaboran a diario en el taller ubicado justo en el segundo piso de la cafetería. La gran premisa ha sido preparar todo desde cero y se cumple en la gran mayoría de detalles. Empezando por el pan para las tostadas y sánguches, y terminando por las moneditas de chocolate que coronan cada pieza de pâtisserie.
La carta tiene salados y dulces casi en igual medida, pero definitivamente los postres son la vedette de la casa. Debemos volver a los ya mencionados éclairs (S/ 10 unidad; S/ 38 la caja de cuatro) porque no siempre se encuentran en esta variedad: el de caramelo es insuperable; el de fresas y mascarpone no es en absoluto empalagoso; y también hay de café y de chocolate con avellanas.
Tipos de macarons (S/ 3,50 unidad) hay once, pero si tuviese que quedarme con uno solo, sería definitivamente el de rosas. Elegante desde la primera mordida. Vinos y cervezas (y café, evidentemente) también forman parte de la oferta: son perfectos para maridar alguno de los quiches (lorraine, de pollo o de poro; cada uno a S/ 13) que hacen que la visita sea incluso más irresistible. Pida lo que quiera, pero que no falte el postre.
DIRECCIÓN: Avenida 28 de Julio 393, Miraflores.
HORARIOS: Lunes a sábado de 9 a.m. a 10 p.m. Domingos de 10 a.m. a 7 p.m.
CONTACTO: 777-8911