Los lunes a primera hora organiza su semana en ISIL, donde ha ganado 6 premios Effies en 11 años desde la gerencia de marketing. Los martes mira la fecha del torneo local, o me la pregunta, para saber cuándo juega Alianza. Los miércoles hace algunos apuntes en las varias libretas que tiene para próximas ideas de su unipersonal en teatro. Los jueves hablamos, nuevamente, para saber de qué tratará su columna en DT El Comercio sobre Fórmula 1. Los viernes busca sitio para una cena con sus chicas, Cynthia y Camila, de 10 años. Sospecho que igual, aunque parece una vida a 150 km/h, piensa en ellas todos los días, les escribe o les deja audios de WhatsApp para saber cómo están, y no olvida lo importante que ha sido para él, Daniel San Román, que lo hayan acompañado hasta aquí, en cada uno de sus sueños.
El más loco, el más ambicioso, se estrena este jueves 1: Mundo Gordo (2022), la película dirigida por Sandro Ventura que nació como stand up comedy y bajo el mismo nombre, a la que el periodista y crítico de Luces Alfonso Rivadeneyra ha definido con precisión quirúrgica como “una comedia peruana sobre las vivencias de un hombre y la relación con su aspecto físico”. El eterno cuestionamiento de cientos de miles. La discusión absurda. Este filme aspira a que todos, absolutamente todos, vayamos en el cine como si, en lugar de estar en una butaca, hayamos ido a sentarnos en un tribunal.
—¿Hacer esta película es un sueño o una locura?
Una locura. Nunca se me ocurrió que todo esto podía pasar. Yo empecé a hacer stand up comedy para desarrollar habilidades interpersonales, para poder exponer mejor, para hablar en público con soltura. Todo pasó muy rápido. Y empezó con una tarea que nos obligaban a escribir diez minutos de rutina y de ahí casualidades y oportunidades se fueron dando para estar hoy por estrenar la versión cinematográfica del unipersonal. He tenido la suerte de encontrarme con muy buenas personas que me han ayudado en cada momento para que esto suceda. Personas desinteresadas que solamente hicieron crecer este proyecto. Siempre se dice: no confíes en desconocidos. Yo nunca he creído en eso. Siempre he dado el beneficio de la duda y en esta ocasión me tope con personas que se portaron como amigos de toda la vida. En esta última etapa fueron Sandro Ventura y Adolfo Aguilar, de Big Bang Films, quienes apostaron por el proyecto cuando yo ni siquiera veía uno.
—¿De qué va Mundo Gordo?
En rigor es una comedia romántica pero lo que hemos querido con Italo Carrera, con quién escribí el guion, es dar un mensaje de autoaceptación. De que uno debe aceptarse como es. De entender que todos tenemos inseguridades y que si uno vive más preocupado de sus defectos que de sus virtudes está condenado a no ser feliz.
—¿Cómo la definirías?
La película intenta, con humor, plantear el viaje de una persona que entiende que para ser querido uno tiene que quererse primero. Una etiqueta no define a una persona sino lo que hace y refleja.
—Te conozco de años, y si pienso en ese tiempo, reparo siempre en tu ironía. ¿De dónde te viene el humor?
Yo crecí siendo hijo único y mis papás trabajaban todo el día cuando era chico estaba solo en casa y veía mucha televisión. Eran años que daban muchas series de comedias en la televisión “¿Quién manda a quién?”, “Mr. Belvedere”, “Alf”, “Mi Pequeña Maravilla”, las peruanas “Fandango”, “Casado con mi hermano”. Estaba “El Chavo”, “Chespirito” y hablamos de maratones diarias de 5 a 8 de la noche de comedias. Mi generación tenía mucho humor en la televisión. Como hijo único siempre me fue complicado hacer amigos pero encontré en el humor una manera de acercarme a las personas. El humor lo he desarrollado toda mi vida al inicio con torpeza, por no ser consciente que hay un espacio y momento para ello, y hoy con un poco más de control.
—Marketing, periodismo, stand up. ¿Dónde te sientes más cómodo?
Me siento cómodo comunicando. El marketing, el periodismo y el stand up comedy se basan en comunicar. El primero para motivar una acción, el segundo para llevar al lector a la reflexión y el tercero para generar la risa pero los tres son consecuencia de una comunicación. Todo lo que tenga que ver con generar algo en otra persona me motiva muchísimo. Uno creería que son tres trabajos muy diferentes pero tienen más similitudes de las que uno imagina. Uno como comunicador quiere generar algo en el receptor y tanto el marketing, el periodismo como el stand up comedy persiguen lo mismo. Cuando era joven recuerdo haber leído crónicas que me emocionaban y pensaba: “yo quiero lograr esto algún día”.
—¿Cuáles son tus expectativas con la película?, ¿qué te gustaría que digan sobre ella?
Que la gente se ría, que se sienta identificada y que se dejen llevar por esta historia de amor que tiene mucho de lo que nos ha pasado a todos. Todos hemos sentido inseguridades y hemos tenido un amor no correspondido.
—¿La vas a ver en el estreno o te gana el pudor?
Traté de no verla en todo este tiempo pero el sábado previo al estreno la vi por primera vez y ha sido una experiencia sumamente emotiva. Ni bien terminó no hice otra cosa que abrazar a Sandro Ventura, director de la película, y agradecerle. Ver cómo los chistes que escribí hace 6 años ahora están en una pantalla inmensa es abrumador. Mi vida no está programada para este momento y por eso trato de ver todo desde afuera, como un espectador. Como cuando era niño y veía la televisión riendo.
El microempresario y comediante sin gracia Antonio (Miguel Vargas) está enamorado de su amiga de la infancia Cynthia (Daniela Feijoo), pero su sobrepeso, por el que toda la vida lo han llamado “gordo”, le impide declararse. Cuando descubre que ella suspira por su jefe Genaro (Jesús Alzamora), ejecutará un plan para conquistarla.