Jennnifer Motta la conocen como la ‘princesa inca’. Es una joven abogada laboralista que, como muchas otras chicas de su grupo de viajeras, se dio cuenta de que seguir a la selección y darle aliento hasta perder la voz no era potestad del universo masculino.
Ella pertenece a un nutrido grupo de mujeres independientes –y también casadas– que prefieren viajar sin pareja para emprender travesías por cualquier lugar del planeta donde se requiera apoyo a nuestros futbolistas desde las tribunas. Mujeres que le han puesto a la gran hinchada peruana un audaz toque femenino.
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En este momento Yennifer y sus amigas están en Doha, Qatar. Ellas pudieron separar a tiempo una habitación en el mismo hotel donde se hospeda la selección nacional.
“Ahora el Hyatt está lleno. Creo que va a ser una experiencia muy linda”, señala Claudia Aceijas, una de las viajeras, junto con Yennifer.

Desde que la ‘princesa inca’ se hizo conocida en las tribunas por el tocado de ñusta, Yenifer, vecina de Villa María del Triunfo, es una de las más activas participantes del colectivo Comunidad Peruanos al Mundial (con ese nombre en Facebook e Instagram), un grupo que se define por su voluntad de dar apoyo a las personas que viajan solas a eventos futbolísticos relacionados a la selección blanquirroja. Y en general, al hincha de a pie.
“La princesa inca nace en la última Copa América. El tocado es un pedido que hice a una casa de disfraces. Y no pensé que se iba a volver tan famoso. Desde entonces es parte de mi cábala. Me lo han querido comprar en Chile, en Uruguay, pero no lo vendo por nada del mundo”, dice.
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Las jóvenes estuvieron averiguando qué outfits llevar a la que será la capital mundial del fútbol. Qatar es uno de los países caracterizados por su gran religiosidad. Sus reglas son casi tan amigables como las de la vecina Emiratos Árabes Unidos, pero tampoco tan severas como la también vecina Arabia Saudita.
“Queremos respetar la sagrada forma de vestir de las mujeres árabes”, señala Yennifer en un alto durante una sesión de fotos con trajes cedidos por una amiga turca. Sin pretensiones de imitar la rigurosidad islámica, ellas decidieron llevar ropa que no mostrara brazos ni muslos.
Los polos de manga corta que usarán en los estadios estarán fuera del ojo avizor qatarí.
El Mundial de Rusia 2018 marcó el inicio de este grupo, cuando varias peruanas que habían viajado solas se juntaron y sellaron una amistad sólida, en medio de la pasión desbordada de una clasificación llena de sufrimiento. Todo esto en escenarios como la gran Plaza Roja de Moscú y en las graderías de los estadios de Saransk, Ekaterimburgo y Sochi.

Yennifer recuerda que un grupo base se conoció incluso antes, en el parque Wong de San Borja. “Ahí planificamos nuestro itinerario. Regresamos a Lima con muchas anécdotas y experiencias. Nos propusimos juntarnos y ayudar a otros hinchas. En el grupo hay gente de toda edad. Incluso peruanos que viven en otros países”.
Actualmente son casi 200 integrantes, entre ellos, chicos jóvenes profesionales.
Desde entonces decidieron ser una familia aparte. Las chicas superpoderosas, que trabajan al máximo, ahorran cada centavo o piden préstamos para viajar juntas a las Eliminatorias y hasta a partidos amistosos.
“Nos sacamos la mugre trabajando y juntando dinero, todo sea por la selección”, señala Claudia. En cuanto a presupuesto, asegura que hay tarifas a Qatar desde los 800 dólares, con varias escalas a Madrid. “Y de ahí a Doha restan unos 600 dólares más. Es cuestión de buscar, y también está la comunidad para ayudarnos”.
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Es una vida impulsada por el fútbol, pero que les ha permitido conocer culturas diferentes y vivir momentos de intensidad con la selección nacional y otros peruanos.
“Yo me uní a la comunidad en el ‘Barranquillazo’, el 26 de enero de este año, donde ganamos históricamente 1 a 0 a Colombia y fue el partido que marcó la subida de Perú y devolvió la esperanza de poder llegar a un Mundial”, señala Ximena Rodríguez, una de las integrantes más activas. Por su parte, Carolina García cuenta que conoció al grupo en Montevideo. “Yo decidí irme sola porque sabía que habría una fuerza peruana para motivar a la selección, era un partido decisivo. Mi familia me apoyó un montón. Se sorprenden que me mueva sola, pero gracias a Dios encontré un grupo muy chévere que me ayuda siempre. Y por eso voy a ir a Qatar junto a ellos. ¡Seremos locales allá!”. Ximena concluye: “van a recibir a la mejor hinchada del mundo”. No sería raro que, pase lo que pase, Perú vuelva a contar con la hinchada más entusiasta del mundo. //
Han pasado 56 años desde que se oficializó la primera mascota de los mundiales: el oso Willy, en Inglaterra 66. Para esta edición en Qatar se ha sido elegido a La’eeb (jugador habilidoso, en árabe), quien hace referencia a una de las prendas más tradicionales de oriente medio: un turbante blanco, o kufiyya. Esta mascota cuenta con su propio agal (el lazo que sujeta la cabeza) ojos, cejas y boca. La FIFA lo describe de “carácter juvenil y divertido” y estará dando la bienvenida a todos los aficionados que lleguen a suelo qatarí.
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