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(Foto: El Comercio)
Miguel Villegas

Aunque los stickers-pastillas-para-la-moral ("Mi envidia es tu progreso"), las luces psicodélicas (rojas y amarillas) y los parlantes de minicomponente adaptados al lado del piloto son más bien creatividad nacional, es difícil adjudicarle paternidad absoluta del mototaxi al Perú. Mototaxis hay en todos lados: las Virgin Limobikes de Londres, las moto avispas de París y las veloces máquinas que dominan Iquitos.

Uno de estos modelos escarabajo está aquí, estacionado en el Malecón de Miraflores y, como si se tratara de un Torito de Pucará o un Tumi Chimu, todos se quieren sacar una foto con él: en breve va a competir con Usain Bolt, el hombre más rápido del planeta.

Bautizado "Bolt" en el frontis, con dos banderas de Perú a los costados y ambientada con los colores amarillo y rojo del fuego -o del Rayo-, la mototaxi descansa mientras Miguel, el piloto, chatea por su celular: la hazaña de competir con Bolt merece su Instagram storie.

Bolt llega al Malecón Cisneros en una camioneta y custodiado por otra. Es ovacionado por los más de mil fanáticos que han llegado a esta zona de Miraflores para ver al hombre que corría 100 metros en casi 9 segundos. Usain calentó brevemente al lado del vehículo representativo del Perú. Escuchó el conteo hasta tres y comenzó la carrera. No fueron 100 metros pero valió la pena ver cómo dejaba atrás a la mototaxi y trotando, encima. 

Con unas cuántas zancadas, Bolt hizo vibrar al público peruano que nunca tuvo la oportunidad de verlo de cerca en las competencias más importantes del mundo. Recibió una bandera peruana, celebró como el 'Rayo' y recibió todo tipo de regalos. Saludó a la gente, se acercó y sonrió en todo momento. Usain, más allá de su capacidad para avanza de un lado a otro en muy poco tiempo, se portó como en cada una de sus carreras: como un niño al que le encanta correr.

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