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Usain Bolt
Miguel Villegas

La historia empieza así. Franco Carlo Iriarte Vásquez es el dueño de Artesanía Export, una casa de venta exclusiva de cultura peruana que decenas de turistas visitan todos los días. La Galería Santo Domingo, a una cuadra de Palacio de Gobierno, es un poco el Cusco, un poco Arequipa, un poco Ayacucho: chullos, ponchos, collares, mantas. El señor Iriarte tiene puesta una camiseta de Perú y en su depósito -él todavía no lo sabe- hay un detalle que unas horas después le arrancarán una sonrisa al hombre más rápido del mundo, Usain Bolt.

-¿Quieres las más grandes? ¿Qué talla?
-Quiero regalárselas a Usain Bolt.
-¿A quién? ¿Al atleta que gana todas las medallas?

El señor Iriarte saca unas ojotas de caucho que también llamamos llanques (1), mira que sean talla 42 y luego me las entrega en una bolsita. "Muchas gracias, amigo. Te cuento: tengo unas fotos en las que salen unos ovnis. Míralas". Son las 3 de la tarde del último lunes 2 de abril. Un día después y a esa misma hora, un Rayo aterrizaba en Lima. Sútiles coincidencias.

(1) Escribe Martha Hildebrandt. "Este quechuismo, sinónimo no estricto de ojota (del quechua ushuta), es obsolescente en el castellano de la mayor parte del Perú (y ambos, ojota y llanque, están siendo sustituidos por el término japonés sayonara, que insólitamente significa ‘adiós’). Vallejo escribe en Los heraldos negros: “La pastora de lana y llanque viste, / con pliegues de candor en su atavío; / y en su humildad de lana heroica y triste, / copo es su blanco corazón bravío” (Caracas 1985, p. 24)".

***

El hombre más rápido del mundo mira las ojotas de caucho que he buscando en la Plaza Santo Domingo del Centro de Lima con curiosidad. Mira el grabado de Guamán Poma de Ayala como si fuera un póster de extraterrestes. Lee las letras que dicen Chasqui y recuerda otra palabra que acaba de escuchar, hace unos minutos, en el Malecón Cisneros de Miraflores: Chullo. Usain Bolt está en Lima, poco menos de 48 horas y escucha atentamente, los ojos saltones y los brazos largos como enredaderas, una breve historia: antes comer o brindar, el Perú corría. El Chasqui inca corría. Cruzaba la cordillera, iba de tambo en tambo, llevaba buenas noticias. Como él.

-Unas ojotas así, que aquí también llamamos llanques, las usaron los antiguos mensajeros del Imperio de los Incas. Corrían días enteros, le digo.
-Son muy pesadas, ¿eh? Muchas gracias.
-Y duran mucho...
-Sí, eso parece. Muchas gracias. He sentido mucho cariño de ustedes desde que llegué. Me ha sorprendido.

En la sala acondicionada en un hotel en Miraflores donde le da una entrevista a Somos, todos escuchan y regresan al colegio. Los mánagers, la gente de prensa, la seguridad. Usain Bolt, que desde los 16 años se ha puesto miles de zapatillas de todos los modelos, toma las ojotas y las carga, como si fueran un bebe.

O una joya, que es lo mismo.

(2) La entrevista duró 30 minutos, incluyendo las sesión de fotos de Víctor Idrogo. Afuera del Hotel Miraflores Park (hoy Belmond), tres motos de la policía de Tránsito resguardabn la visita.

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