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La palabra metaverso se ha popularizado tanto en los últimos meses que seguramente nos hemos topado con ella en algún lado. Tanta relevancia ha cobrado que hasta Mark Zuckerberg decidió cambiar el nombre de su compañía de Facebook a Meta. De esta manera, intenta reflejar su enfoque en la construcción del metaverso, según señaló el CEO de la red social. ¿Pero a qué hace referencia este concepto?
Etimológicamente, la palabra metaverso viene del acrónimo “meta” (más allá) y “verso” (universo), es decir, lo que está más allá de este universo. El primero en acuñar el término fue Neal Stephenson en su novela de ciencia ficción ‘Snow Crash’, publicada en la década de los 90, en la que narra un mundo en donde los humanos –como avatares– interactúan entre sí en un mundo virtual.
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Un mundo como el nuestro, pero digital
Hoy día el término se ha asentado para describir visiones de espacios de trabajo tridimensionales o virtuales. Por lo tanto, el metaverso refiere a un mundo virtual en el que las personas pueden interactuar sin tener que estar físicamente presente por medio de una experiencia tridimensional.
“Imagínate Internet, pero con una experiencia fotográfica virtual tridimensional. Y no una experiencia en jueguitos, sino con gente real de tal manera que tú puedas interactuar en 3D con millones de personas conectadas. Utópicamente eso es el metaverso”, explica a El Comercio Marcelo Bertolami, director general de los países emergentes de América Latina en Intel.
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Muchas de las ideas que hace unas décadas eran de ciencia ficción, en la actualidad ya se empiezan a plasmar en este mundo virtual.
![El metaverso podría ofrecer múltiples utilidades en áreas diversas.](https://elcomercio.pe/resizer/PYA-4Ejo9t5qhzCoO2zmAV8b6UA=/620x0/smart/filters:format(jpeg):quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/SELBRFPEOVBYJD4ZNNIAE2WMKM.jpg)
Hablamos de un universo paralelo completamente virtual al que se podrá acceder con equipos de realidad virtual y realidad aumentada y en el que se podrán desarrollar una infinidad de actividades. Sería como una copia de nuestro mundo, aunque digital.
De hecho, la compañía de Zuckerberg ya ha invertido millones de dólares en desarrollar esta tecnología, que la define como un espacio tridimensional en el que podremos teletransportarnos instantáneamente como un holograma para estar en la oficina sin tener que desplazarnos, ir a un concierto o reunirnos con amigos. El objetivo es que este universo digital permita compartir experiencias de inmersión incluso cuando no podamos estar juntos.
![Marcelo Bertolami es director general de los países emergentes de América Latina en Intel](https://elcomercio.pe/resizer/k2k6FyB1_vf6gr1LKjWRU8tKq48=/620x0/smart/filters:format(jpeg):quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/EXKDSNXOI5EQXDSO76VGGOF224.jpg)
El metaverso podría ofrecer múltiples utilidades en áreas como la venta inmobiliaria, la visualización médica, la educación y la formación, los eventos y espectáculos, el arte digital, el diseño de ingeniería, el teletrabajo, el mantenimiento de activos en remoto en el sector industrial o la asesoría bancaria y financiera. Y estas son solo algunas utilidades prácticas que ya se vislumbran. El límite está en la creatividad de los desarrolladores.
Imaginemos poder participar de la construcción o reparación de un motor, pese a no estar ‘in situ’ donde se encuentra la máquina. Con esta tecnología podríamos ver el procedimiento en tiempo real y tomar decisiones o dar órdenes. O, por ejemplo, participar de una clase y visualizar al profesor y todos los compañeros conectados. El metaverso ofrece esas posibilidades y muchas otras más.
Se especula, asimismo, que la experiencia tridimensional no solo será visual y auditiva, sino que también en algún momento el gusto, tacto y olfato podrán adquirir papeles protagónicos.
Aún en pañales
El detalle es que para lograr toda esa conectividad se necesita una computación mil veces mayor a la que tenemos ahora. De momento nos encontramos en pañales.
“Para lograr que millones de usuarios estén conectados a la realidad virtual de esa manera vamos a necesitar mil veces más todo lo que tenemos hoy; o sea, mil veces mejores procesamientos, mil veces mejor conectividad. Va a llevar tiempo la construcción del metaverso”, comenta Bertolami.
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“Actualmente, en un país desarrollado con buen Internet no es posible conectar a más de tres personas en realidad virtual para una videoconferencia”, agrega.
Cuatro pilares para el desarrollo del metaverso
De acuerdo al ejecutivo de Intel, el desarrollo progresivo del metaverso se va a lograr a medida que se trabaje sobre cuatro pilares.
Lo primero es la capacidad de procesamiento. Cada vez más los aparatos que nos rodean se parecen a una computadora. Desde nuestros celulares, televisores, relojes, autos e incluso los dispositivos de limpieza incluyen procesadores que ejecutan órdenes y toman decisiones. Las herramientas y utensilios que aparezcan en el futuro van a necesitar un alto poder de procesamiento.
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En segundo lugar, todos estos dispositivos están conectados entre ellos –en redes 5G y 6G– y con nosotros mediante la nube, por lo que se tendrá que hacer severos esfuerzos para mejorar dicha conectividad. Pero no solo eso.
Habrá una migración masiva de la nube al Edge, y este es el tercer pilar. ¿Qué quiere decir esto? Pues cada vez los aparatos tecnológicos van a necesitar mayor capacidad para tomar decisiones por sí solos. Hoy, por ejemplo, para que un vehículo que se conduce solo sepa por dónde moverse debe acudir a la información de tránsito que obtiene en la nube. Sin embargo, cuando millones de autos estén circulando por las pistas e interactuando entre sí, las decisiones se deberán tomar en fracciones de segundos teniendo en cuenta los recursos que el propio vehículo ofrece, ya sea de sus cámaras, sensores, inteligencia artificial, entre otros.
Finalmente, el cuarto pilar es la inteligencia artificial, aspecto presente en cada uno de los puntos ya mencionados y que los dota de mayor autonomía y capacidad de respuesta.
“Lo divertido es que el termino metaverso fue ciencia ficción hace 30 años; hoy se puede empezar a transformar en realidad. Es como todo, las ideas se generan en un tiempo en el que tal vez no existe la tecnología para hacerlo y después evoluciona”, reflexiona Bertolami.