Conocido y respetado, el exjefe de seguridad de Twitter Peiter Zatko podría acabar siendo una figura clave en la batalla legal entre Twitter y el magnate Elon Musk pero deberá demostrar sus denuncias sobre la red social.
Apodado Mudge, el informático de 51 años debe contestar el martes a las preguntas de una comisión del Senado estadounidense sobre un informe que entregó a las autoridades, en el que reprocha a Twitter haber disimulado fallas en su sistema de seguridad y mentir en cuanto a su lucha contra las falsas cuentas de usuarios.
Sus afirmaciones fueron regalo caído del cielo para Musk, ya que el dueño de Tesla esgrime desde hace meses la proporción de falsas cuentas en la red social para justificar el abandono de su proyecto de comprar Twitter por 44.000 millones de dólares.
La intervención de Zatko abrió una “caja de Pandora” para la empresa de San Francisco, estima Dan Ives, analista en Wedbush Securities. Hasta entonces “Wall Street daba por vencedor a Twitter” en el proceso previsto para octubre ante un tribunal especializado.
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En caso de que gane la red social, el juez podrían multar a Musk por varios miles de millones de dólares por daños y perjuicios e incluso obligarlo a honrar su compromiso.
“Si Mudge dice que Twitter tiene problemas de ciberseguridad, Twitter tiene fuertes problemas”, declaró Aaron Turner, director tecnológico de Vectra, empresa californiana de seguridad, que dice conocerlo desde 1980.
Hijo de dos científicos, Zatko creció en Alabama y Pensilvania, entre la música y la informática.
En 1996 se unió a un colectivo de piratas informáticos llamado L0pht, con quienes prestará testimonio ante el Congreso dos años más tarde. “Era la primera vez que el gobierno estadounidense citaba a ‘hackers’ en un contexto positivo”, contó en mayo de 2019 en Twitter.
Posteriormente ocupó diferentes puestos en Google y Stripe (empresa de servicios de pago en línea), y más tarde en Darpa, la agencia de búsqueda del Pentágono.
Jack Dorsey, fundado y exdirector de Twitter, lo reclutó en julio de 2020, tras un espectacular pirateo de cuentas de celebridad y personalidades políticas, entre las que se cuentan Barack Obama, Elon Musk y Kim Kardashian.
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En enero de 2021, el equipo de transición de Joe Biden le ofreció el puesto de director de la seguridad en la Casa Blanca . Lo rechazó, alegando que todavía tenía trabajo por hacer en Twitter, según sus abogados.
Pero fue despedido en enero de 2022, debido a un “liderazgo ineficaz y malos resultados”, según Twitter. Sus abogados dicen que eso es “falso”.
Dicen en cambio que Mudge fue despedido tras una confrontación con la dirección, que habría rehusado admitir problemas de seguridad.
Al hacer sus revelaciones, “puso su carrera en juego debido a sus inquietudes por los usuarios de Twitter, el público y los accionistas”, afirman.
“Los que conocen a Mudge en la industria saben que, históricamente, sus intenciones fueron honorables, apolíticas y benévolas”, afirma Andrew Hay, director de operaciones del gabinete de consultores en ciberseguridad Lares Consulting.
A finales de junio, Twitter aceptó pagar 7 millones de dólares de indemnización al despedir a Zatko.
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Unos días más tarde, el ingeniero envió su informe a las autoridades en el que señala directamente las preguntas de Musk sobre las cuentas de usuarios. Menciona declaraciones “engañosas” del director de Twitter, Parag Agrawal, y afirma que las herramientas de la red social son” anticuadas” y los equipos “rebasados” e “ineficientes”.
También acusa “los graves y escandalosos fallos (de ciberseguridad), la ignorancia deliberada y las amenazas a la seguridad nacional y a la democracia”.
Acusaciones perjudiciales, pero no necesariamente prohibitivas, según varios analistas.
“Siguen sin ser pruebas de que Twitter haya falseado las cifras”, señala Jasmine Enberg, de Insider Intelligence. “Eso demuestra más bien una potencial falta de interés de los directivos de Twitter para luchar contra los bots”.
Los abogados de Musk van a “intentar demostrar que Twitter trató de venderle un castillo de naipes con pleno conocimiento de causa”, comenta Adam Badawi, profesor de derecho en la universidad de Berkeley. Pero “esa vulnerabilidades tendrían que ser realmente, realmente graves” para que la red social éxito.
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