Un estudio japonés, presentado en noviembre del año pasado, advertía la presencia de formaldehído, una sustancia cancerígena, en los cigarrillos electrónicos. Ahora, una nueva investigación refuerza la hipótesis.
Según el estudio, ciertos cigarrillos electrónicos colocados a una configuración de alta temperatura podrían potencialmente liberar más formaldehído que los tradicionales, de acuerdo con nuevas pruebas de laboratorio.
Sin embargo, la investigación no prueba que estos dispositivos presenten un riesgo de salud, ya que involucró pruebas limitadas de una sola marca de cigarrillos electrónicos y fue realizado en tubos de ensayo. Tampoco significa que sean mejores o peores que los cigarros regulares; el tabaco contiene decenas de sustancias que podrían causar cáncer.
Pero resalta lo poco que se sabe de la seguridad de estos dispositivos, los cuales emplean bacterías para calentar un líquido que libera nicotina en forma de vapor, en lugar de quemar tabaco.
"Es un foco de alarma potencial", comentó Stephen Hecht, químico e investigador de tabaco en la Universidad de Minnesota, quien no participó en el estudio. "Bajo algunas condiciones, los cigarrillos electrónicos podrían generar más formaldehído del que quieres estar expuesto. Pero no creo que sepamos lo suficiente aún. Hay mucha variedad en esos cigarrillos y cómo son utilizados".
La investigación fue publicada el miércoles como una carta en el New England Journal of Medicine. El diario dijo que ha sido revisado por expertos en la materia.
El formaldehído o metanal se encuentra en muchas cosas: algunos materiales de construcción, desinfectantes y líquido para embalsamar. Un estudio anterior descubrió que los cigarrillos electrónicos generaban menos formaldehído que los cigarros normales, pero dicha investigación sólo se centró en la porción gaseosa del vapor.
Este estudio se enfocó en las partículas líquidas del vapor, como el aerosol de un atomizador.
TEMPERATURAS INADECUADAS
Algunos cigarrillos electrónicos permiten al usuario elevar el voltaje para incrementar el calor y la cantidad de líquido, el cual contiene la nicotina y los saborizantes, en el vapor.
David Peyton, químico de la Universidad de Portland State, y sus colegas hicieron pruebas en una marca a dos voltajes distintos. Utilizaron una jeringa para recolectar el vapor de 10 muestras, cada una representando varias bocanadas, con ambos niveles de voltaje.
Midieron el hemiacetal de folmaldehído, un compuesto creado durante la vaporización que bajo ciertas condiciones puede liberar esta sustancia cancerígena, en la porción líquida del vapor.
A bajo voltaje no se detectó la sustancia química. Pero en condiciones de alto voltaje, los niveles del compuesto eran entre cinco y 15 veces mayores a la cantidad de formaldehído encontrada en cigarrillos tradicionales.
Virtualmente, todos los cigarrillos electrónicos utilizan los mismos materiales en el líquido calentado, así que encontrar formaldehído "no es exclusivo de la marca", dijo Peyton, quien planea hacer más pruebas.
EL OTRO LADO
Sin embargo, Gregory Conley, un abogado de la American Vaping Association, defensora del uso de cigarrillos electrónicos, criticó los métodos de estudio.
"Utilizan el dispositivo en la manera en que nadie lo hace", comentó.
Emplear el cigarrillo electrónico en alto voltaje durante tanto tiempo, como lo hicieron en el estudio, "crea un sabor amargo y con sensación de quemazón", que provocaría que los usuarios ajusten este dispositivo, dijo Conley.
Lo que los investigadores hicieron fue dejar un bistec en la parrilla todo el día; se podrían formar varias sustancias cancerígenas, pero nadie se comería una carne tan carbonizada, comentó.
Fuente: AP