Se estima que hasta un 40% de las personas con el nuevo coronavirus es asintomático.
Se estima que hasta un 40% de las personas con el nuevo coronavirus es asintomático.
Diego Suárez Bosleman

“Todavía parece que es raro que una persona asintomática [con SARS-CoV-2] realmente contagie a un individuo secundario”. Este ha sido el reciente comentario de Maria Van Kerkhove, lideresa técnica de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la respuesta al , durante una conferencia de prensa en Ginebra. Ella hacía referencia a unos pocos estudios sobre este tipo de pacientes.

Como era de esperarse, no faltaron especialistas que cuestionaron dicha declaración, argumentando que podría tener implicancias importantes en las medidas tomadas por los gobiernos para controlar la propagación del nuevo coronavirus. Sin embargo, ¿cuánta verdad hay en las palabras de Van Kerkhove? El Comercio conversó con dos expertos de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) al respecto.

—Fuente clave de infección—

Los estudios generales sugieren que las personas con SARS-CoV-2 que no desarrollan síntomas tienen menos carga viral que aquellos que sí muestran señales de enfermedad; es decir, en las secreciones que expulsan hay una menor cantidad de virus”, explica César Cárcamo, investigador de la Facultad de Salud Pública y Administración de la UPCH. Sin embargo, recalca que esto no significa que este grupo de personas no sea una pieza importante en la expansión del coronavirus.

Si consideramos que los sintomáticos son pocos y los asintomáticos son muchos más, aunque sean menos contagiosos, van a ser responsables de más casos. Por ejemplo, si un supercontagioso puede infectar a 70 personas, pero tenemos mil que no son tan contagiosos y transmiten el virus a dos personas, el número de infectados por dicha población será mucho mayor”, comenta Cárcamo.

Hay que tener en cuenta que –según la OMS– del número de pacientes que desarrollan la enfermedad (COVID-19), solo el 15% presenta una infección severa, mientras que el 5% tiene una infección crítica. Si nos referimos a los asintomáticos, se estima que corresponden al 30% o 40% del total de afectados, indica Carlos Medina, médico infectólogo de la UPCH.

Siguiendo la línea de Cárcamo, Medina hace énfasis en que aquellos que no muestran señales de síntomas tienen una mayor probabilidad de entrar en contacto con más personas, ya que se protegen menos pues piensan que están sanos.

El no tener síntomas les puede generar una falsa seguridad, y al pensar que están sanos, existe la posibilidad de que se reúnan con más personas, en comparación con aquellos que sí tienen signos de la enfermedad y toman las medidas de seguridad del caso”, expone Medina.

Si tenemos en cuenta esto, y que las partículas virales pueden ser expulsadas al hablar o al gritar, las personas asintomáticas tienen un potencial efecto transmisor. Esto podría observarse –señala Medina– en la tasa de infección en los hospitales y en los domicilios.

Algunos estudios pequeños mostraron que el personal médico sometido a cuarentena por ser población de riesgo se contagiaba más en su domicilio que aquellos que sí iban a trabajar al hospital. Asimismo, se han detectado varios casos de adultos mayores, en el cono norte sobre todo, que nunca salieron de sus hogares pero que aun así se contagiaron.

Hay que dejar claro que el nuevo coronavirus nos está ganando en cuestión de conocimientos, pues todavía se desconocen varios factores claves del virus, como el riesgo de infección.

El doctor Elmer Huerta, especialista en salud pública, opina que, “independientemente de la contribución a los contagios por parte los asintomáticos, el mensaje es el mismo: usar una mascarilla en público y mantener la distancia social".

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