Una de las pocas certezas que tenemos en esta pandemia es que, hasta el momento, no hay un tratamiento para el COVID-19. Sin embargo, en los casos en que los pacientes se agravan, la hospitalización brinda atención de soporte. En estas etapas, pese a la falta de evidencia se tienen en cuenta varias alternativas terapéuticas que están siendo objeto de numerosos estudios en el mundo. Y, teniendo en cuenta la abundante literatura que ha ido apareciendo sobre el manejo de la enfermedad, la posibilidad de que la información cambie a favor de uno u otro sigue siendo bastante alta.
Este martes 8 de setiembre, el ex ministro de Salud, Víctor Zamora, utilizó su cuenta de Twitter para -como él mismo señala- hacer una “revisión completa de todos los protocolos” usados para la vigilancia, prevención y control de la pandemia.
En tu tercer tuit, al referirse al protocolo de atención domiciliaria, asegura que la incorporación del uso de la hidroxicloroquina y de la ivermectina para el tratamiento del COVID-19 se realizó en base a la recomendación del Comité de expertos del Ministerio de Salud (Minsa) “sobre la base de su potencial beneficio y pocos o casi inexistentes riesgos”. Y culmina afirmando que se requiere revisar si se debe continuar usándolos. En esta comunicación es que Zamora usa una de las nuevas funcionalidades de Twitter, que permite al autor de un mensaje restringir quiénes podrán responder o comentar.
El día anterior, el lunes 7, en comunicación con RPP, Zamora Mesía indicó que espera una norma nacional para que se retire oficialmente de las guías de atención a la hidroxicloroquina y a la ivermectina como fármacos para el tratamiento del COVID-19. El ex titular del Minsa asegura que no está comprobada la efectividad de estos fármacos en le tratamiento de la enfermedad y hasta aseguró que, en algunos países, como Australia, ya lo han retirado.
Lo que llama la atención es su cambio de parecer. El 4 de junio pasado, durante una entrevista también con RPP, cuando se le interroga sobre las razones para el uso en el Perú de estos fármacos, el entonces ministro asegura que “no hay suficiente evidencia científica que así lo afirme [que sean seguras], pero esperar evidencia científica en estos casos sería esperar un año, por lo menos”.
-Desde la gestión anterior-
El 8 de mayo pasado, aparece la resolución ministerial Nro. 270-2020-MINSA, que modifica el documento técnico “Prevención, diagnóstico y tratamiento de personas afectadas por COVID-19 en el Perú”, y que incluye por primera vez el uso de hidroxicloroquina, ivermectina, azitromizina y fosfato de cloroquina para casos leves, moderados o severos. Es decir, estos medicamentos pasan a considerarse parte del tratamiento de soporte en hospitales. Quien firma esa norma es el ministro de Salud en ese momento, Víctor Zamora.
El 10 de junio aparece otro documento técnico: “Manejo ambulatorio de personas afectadas por COVID-19 en el Perú”. De acuerdo con su texto, busca “contribuir a la reducción del impacto sanitario, social y económico de COVID-19 en el territorio nacional, a través de acciones dirigidas a la prevención, diagnóstico y tratamiento de los casos leves de COVID-19”. Ahí se establece el uso de la ivermectina y la hidroxicloroquina como tratamientos específicos para casos leves de COVID-19. También se dejaba en claro que la decisión de usar estos fármacos en casos leves se tomaba, pese a existir poca evidencia al respecto, tras el análisis riesgo-beneficio realizado por el Comité de expertos del Minsa. Ellos se habían mostrado favorables al uso de la hidroxicloroquina (60 % del citado grupo) y al uso de la ivermectina (95%). Este documento aparece también durante la gestión de Zamora.
-Poca evidencia-
El 20 de junio pasado, El Comercio publicó un rápido repaso a los fármacos que más se estaban investigando en el mundo como tratamientos para el COVID-19.
Para ese momento había quedado en claro el problema que estaban generando los ‘preprints’ o estudios que aún no han sido publicados en revistas científicas relevantes. “Alguien saca un estudio mal hecho, se hace público, todo el mundo se emociona, empiezan las compras masivas –de gobiernos y de las personas–, luego se empiezan a ver los efectos adversos, y tienen que pasar aún algunos meses para ver ensayos fiables que nos digan: no funciona. Es muy raro que un estudio te diga inicialmente que algo no funciona y que otro te diga luego que sí. Normalmente pasa lo contrario”, señaló entonces el médico epidemiólogo Álvaro Taype Rondán.
En las siguientes semanas fueron apareciendo más estudios que recomendaban dejar de usar la hidroxicloroquina. En nuestro país, se siguió usando ese medicamento a insistencia de los integrantes del Comité de expertos del Minsa, tal como reportó El Comercio.
Pero con la ivermectina, la cosa es distinta. “No hay ensayos clínicos en pacientes que sean de buena calidad. Los estudios preclínicos (en animales) que se han hecho sugieren un efecto antiviral, pero a dosis 50 veces mayores de las que se están usando en la actualidad. Así que no tiene mucho sentido seguir usándola. De todas formas, hay otros ensayos que se han venido haciendo y se esperan sus resultados para estos meses”, explicó Taype-Rondán, al ser consultado para esta nota.
-Voz desde el comité-
A través de un comunicado que llegó hasta nuestra redacción, el doctor Ciro Maguiña defendió la labor del Comité de expertos del Minsa para temas del COVID-19, del cual forma parte. “La inexistencia de medicamentos que curen este nuevo virus ha motivado que surjan en todo el mundo diversas guías y manuales para buscar el mejor manejo clínico médico, así como el control y alivio del mismo. Por ello, el manejo de los pacientes es todo un arte, el cual es y ha sido siempre complejo, variable y cambiante”, señala el especialista.
Maguiña asegura que, al ser una nueva entidad infecciosa y debido al poco conocimiento en estos siete meses de evolución, “la fisiopatología compleja del COVID-19 -por ejemplo, la existencia de un efecto inflamatorio trombótico- por la llamada tormenta de citoquinas, ha obligado a que los diversos manuales en el mundo se adecuen a las distintas experiencias sanitarias de cada región o país”.
Continúa recordando que aún no existe una cura para el COVID-19 y que, como sucedió en la historia de otras terapias antiinfecciosas, esto podría demorar algunos años.
“Cabe señalar que el Comité de expertos del Mínsa tuvo en cuenta desde el inicio de la pandemia las diversas publicaciones científicas a nivel mundial, muchas veces cambiantes y contradictorias. Actualmente, se recoge nueva información observacional de todo lo estudiado en el Perú, y según ello se realizan las correcciones necesarias. En este tema nadie tiene la verdad absoluta, y las opiniones que aparecen en los medios son solo eso, opiniones”, subraya Maguiña.
-Adiós a la hidroxicloroquina-
Esta tarde, la ministra de Salud, Pilar Mazzetti anunció la decisión de su sector de retirar a la hidroxicloroquina de la guía de medicamentos para el tratamiento de COVID-19.
“Las últimas preocupaciones sobre la hidroxicloroquina nos indican que efectivamente parece no ser útil. Se va a retirar solo de la guía para COVID-19, no se puede retirar del petitorio porque la hidroxicloroquina es un medicamento que se emplea en reumatología que tiene un uso muy amplio y mucha experiencia en el país”, refirió durante su presentación virtual ante la comisión especial del COVID-19 del Congreso de la República.
Sin embargo, indicó que la ivermectina continuará utilizándose. “Mientras no haya nada contundente que nos diga que no sirve, lo seguiremos utilizando tal como se usa en otros países”, agregó Mazzetti.
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Presentación de Pilar Mazzetti ante comisión del Congreso
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