El flujo migratorio y la dinámica comercial del Perú hacia EE.UU. experimentaron un aumento significativo entre el 2016 y el 2024, los dos años previos al inicio de las administraciones encabezadas por Donald Trump. Actualmente, unos 367.958 peruanos están en situación irregular en ese país, según información proporcionada a El Comercio por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Las deportaciones siguieron la misma tendencia al alza en los últimos años. Según el informe anual del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en el 2024, antes de la toma de posesión del republicano, unos 4.031 peruanos fueron retornados desde EE.UU. hacia el Perú. Este número se encuentra por debajo del pico de 5.062 reportados del 2023; pero ambas cifras superan largamente las 406 y 458 deportaciones anuales de peruanos en el 2016 y el 2017.
Desde el inicio de la segunda gestión de Donald Trump, se ha deportado a 140 peruanos, pero esta cifra crecería en el corto plazo, dado que otras 340 personas tienen orden de deportación fija y unas 380 adicionales esperan una orden de deportación, según cancillería.
Jéssica Maeda, docente de Derecho en la PUCP y especialista en derecho internacional de personas migrantes, señala que, si bien el Estado aplica los protocolos de asistencia humanitaria para los retornados basándose en el Decreto Supremo 063-2016-RE, que regula el otorgamiento de subvenciones económicas, aún faltan temas por mejorar como el trámite del certificado de pobreza.
“De acuerdo con la norma, puedes sacar el documento hasta por un proceso en el Midis vía página web o, por último, lo podrían hacer en una parroquia del último lugar donde vivieron. Pero esa información es importante que se sepa desde antes. En el 2017, cuando había una política de apertura a migrantes venezolanos, el problema fue que no hubo una reacción coordinada del gobierno. Ahora parece que pasa lo mismo, no estamos preparados para este nuevo flujo importante de connacionales, y es algo que se ha tenido que trabajar con tiempo”, señala.

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Los migrantes peruanos representan un soporte clave en la manutención de sus familias en el ámbito local. Sus contribuciones vía remesas aumentaron de US$2.884 millones en el 2016 a superar los US$5.000 millones en el 2024, según cálculos del Instituto Peruano de Economía (IPE). En este lapso, la participación de las remesas provenientes de la economía estadounidense habría pasado de 36% al 50% de los envíos .
Desafío comercial
Entre el 2016 y el 2024, el intercambio comercial entre el Perú y Estados Unidos creció a un ritmo menor que el del Perú con China (+47% vs. 147%); pero las exportaciones no tradicionales (como agroindustriales y textiles) tuvieron un mayor impulso en ese período.
El incremento más alto lo tuvo la agroindustria. Mientras en el 2016 representaba el 24% del valor de los envíos peruanos, en el 2024 subió al 42%. Prueba de ello es que, mientras en el 2016 el primer producto de exportación al país del norte era el oro, en el 2024 fueron los arándanos, según estimaciones de ÁDEX Data Trade.
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¿Puede la imposición de aranceles y otras medidas de restricción al libre comercio afectar el crecimiento de las exportaciones peruanas? Para Gabriel Arrieta, jefe de Estudios Económicos e Inteligencia Comercial del CIEN-ÁDEX, el efecto podría darse a través de varios canales.
“Normalmente, cuando uno ve este tipo de situaciones de guerras comerciales, se afecta el crecimiento de los países que participan. Otro punto sería la competencia que se pueda dar entre el Perú y otros socios comerciales de EE.UU. en algunos productos, como con México en el caso de las paltas. El último canal ligado a las decisiones de política comercial de Trump es la incertidumbre, que está cobrando un rol muy importante y puede afectar el precio de las exportaciones peruanas”, explica.