España (EFE). Una investigación llevada a cabo por científicos del Salk Institute de California, encabezada por el español Juan Carlos Izpisúa, encontró la clave para reparar corazones dañados. Sin embargo, por el momento la experimentación sólo se ha aplicado en ratones.
Los científicos, que publicaron hoy su trabajo en la revista Cell Stem Cell, han conseguido reparar corazones de ratones bloqueando cuatro moléculas que son capaces de inhibir los programas para la regeneración de órganos, lo que abre la puerta a nuevos tratamientos para enfermedades cardíacas. Planteando una solución para ayudar a pacientes con cardiopatías severas e irreversibles.
Por norma general los mamíferos adultos no son capaces de regenerar los tejidos dañados. Sin embargo, a investigación sugiere que éstos pueden retener una capacidad latente durante el desarrollo embrionario. Es por eso que el grupo de Izpisúa lleva mucho tiempo tratando de descubrir los elementos que controlan y ponen en marcha la regeneración en distintos organismos.
En 2003 el grupo de Izpisúa identificó las señales responsables de la regeneración del corazón de pez cebra. En el 2010 describió en un artículo publicado en la revista Nature cómo se llevaba a cabo ese proceso. Descubriendo que las células cardíacas tienen capacidad de convertirse en células más inmaduras, similares a las precursoras del corazón, lo que les permite multiplicarse y regenerar el tejido dañado.
"Para este trabajo nos hemos centrado en los resultados obtenidos con el pez cebra y hemos pensado que si ellos saben cómo regenerar tejidos, debe haber algo que nos puedan enseñar", dice Aitor Aguirre, otro de los científicos del proyecto.
El siguiente paso que se plantean ahora los científicos es pasar a otro tipo de animales y comprobar si la reprogramación regenerativa puede funcionar en ellos.