Cada vez más nuestra sociedad es consciente del perjuicio que trae a la salud el uso excesivo de azúcar, ingrediente que, lamentablemente, consumimos en cantidades mayores a las recomendadas por los organismos mundiales de la salud como la OMS.
Ante esta situación, en el mercado también existen algunas otras opciones para endulzar nuestros alimentos, por ejemplo, los edulcorantes artificiales. Pero ¿son estas una alternativa razonable al azúcar o se deberían evitar?
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Los extensos estudios realizados sobre la seguridad de los edulcorantes artificiales han descubierto que consumirlos con moderación no es peligroso para la salud, siempre y cuando estén autorizados por los entes reguladores de cada país, por ejemplo, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) o, en el caso del Perú, el Digemid (Dirección General de Medicamentos de Insumos y Drogas).
Los edulcorantes artificiales son sustitutos sintéticos o sumamente refinados del azúcar. A veces, se los llama “edulcorantes intensos” porque son considerablemente más dulces que el azúcar. Los edulcorantes artificiales están presentes en muchos alimentos procesados, tales como las gaseosas, las mezclas de leche en polvo, los caramelos, las mermeladas, las jaleas, los productos lácteos y la pastelería.
Uno de los beneficios más codiciados de los edulcorantes artificiales es que casi no contienen calorías, a diferencia de una cucharadita de azúcar que tiene alrededor de 16 calorías. Es decir, una lata de gaseosa endulzada con 10 cucharaditas de azúcar normal tiene 160 calorías, pero la misma cantidad de gaseosa endulzada con el edulcorante artificial aspartamo no tiene ninguna.
Si su intención es perder peso o evitar ganarlo, los productos con edulcorantes artificiales pueden resultarle atractivos. No obstante, tenga presente que no se sabe acerca de la eficacia a largo plazo de los edulcorantes para perder peso.
Otra ventaja es que los edulcorantes artificiales no son carbohidratos. Por lo tanto, a diferencia del azúcar, los edulcorantes artificiales generalmente no aumentan el nivel de la glucosa sanguínea. Sin embargo, si usted padece diabetes, lo adecuado es que consulte al médico o a un especialista en dietética, antes de consumir productos con edulcorantes artificiales.
A lo largo del tiempo, ha surgido la inquietud acerca de que los edulcorantes artificiales causan problemas de salud, entre ellos, cáncer. La razón de esto, en gran parte, es la vinculación hecha por los estudios realizados en los años 70 entre el edulcorante artificial sacarina y el cáncer de vejiga en ratones de laboratorio.
A consecuencia de ello, en algún momento, la sacarina tuvo que llevar una etiqueta para advertir sobre el posible peligro que podía representar para la salud. Sin embargo, debido a que el Instituto Nacional del Cáncer (EE.UU.) y otras entidades de salud dicen que no existe evidencia científica contundente respecto a que los edulcorantes artificiales autorizados para consumo en Estados Unidos produzcan cáncer en los humanos, la etiqueta de advertencia de la sacarina fue retirada.
Un estudio publicado a principios de año descubrió que las mujeres que consumen a diario y de forma constante dos o más bebidas con edulcorante artificial corren más riesgo de accidente cerebrovascular que las mujeres que las beben con menos frecuencia o no las toman para nada. Si bien es necesario estudiar más el asunto, estos resultados indican que es importante consumir con moderación las bebidas que contienen edulcorantes artificiales.
La FDA regula los edulcorantes artificiales como aditivos alimentarios y primero debe revisarlos y autorizarlos, antes de que puedan comercializarse en el mercado. La FDA estableció una ingesta diaria aceptable para cada edulcorante artificial, la cual está fijada en niveles conservadores; es decir, las cantidades probablemente superan a las que la mayoría de las personas normalmente consumirían.
Sin embargo, tenga cuidado porque puede resultarle difícil precisar la cantidad de edulcorante artificial que consume. La mayoría de las compañías no menciona la cantidad de edulcorante artificial contenida en el producto porque esa información se considera parte de la patente de su receta. Además, los edulcorantes artificiales están presentes en productos que no se esperaría que los tuvieran, como los cereales para desayuno con salvado. Por lo tanto, usted podría consumir a diario más edulcorante artificial de lo que cree.
Si su objetivo es alimentarse sano, en lugar de ingerir alimentos procesados con edulcorante artificial, opte por alimentos naturales, como frutas y verduras que, en su mayoría, son naturalmente dulces y también le aportan otros nutrientes sanos como beneficio adicional. Esa es una diferencia importante frente a los edulcorantes artificiales que no tienen ningún valor nutritivo.
Si usted sustituye regularmente las bebidas endulzadas con otras que contienen edulcorantes artificiales, haga de eso su primer paso hacia beber agua natural. El cuerpo necesita agua y, sin lugar a duda, ese elemento es bueno para la salud.
Fuente: Clínica Mayo (EE.UU.)
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