Una "evolución darwiniana" permite a los tumores adaptarse a los tratamientos, un mecanismo bien conocido en las infecciones, que les permite resistir cierta clase de antibióticos. Sin embargo, es la primera vez que se ha descubierto en pacientes de cáncer de mama.
El estudio será pronto publicado en la revista Nature, y parte del trabajo con un grupo de pacientes con cáncer de mama con la mutación PI3K, en quienes la terapia dio resultado, salvo una mujer cuyo tumor creció con mucha virulencia y que murió a los 10 meses, dijo José Baselga, autor del estudio y presidente de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer.
La autopsia del tumor de la paciente fallecida, en el recién creado servicio de autopsias rápidas del centro neoyorquino, permitió observar 20 áreas con tumor, en algunas de las cuales habían seguido proliferando las células malignas y otras aún respondían al tratamiento. A continuación se hizo una secuenciación de los lugares donde progresaban y se descubrió que todos ellos tenían una mutación de un nuevo gen, el PTEN.
"Lo fascinante era ver que en cada sitio donde había crecido la mutación era distinta, pero todas llevaban a una pérdida de la proteína que hace que el medicamento deje de funcionar", añadió el oncólogo. En definitiva, hay "una evolución darwiniana" que permite al tumor adaptarse a los tratamientos, explica Baselga.
El tumor de la paciente fallecida también fue inyectado en ratones. Las células cancerosas seguían creciendo. Sin embargo, cuando el equipo de investigadores combinó un tratamiento contra el PTEN y el PI3K, éstas desaparecieron.
El concepto es que "podemos diseñar tratamientos para prevenir esta resistencia. Vamos a empezar un estudio clínico combinando los inhibidores de ambos (PTEN y PI3K).
La manera de atacar estos tipos de cáncer es el diseño de fármacos para disminuir los niveles de receptores (degradadores). Ya se han empezado los ensayos clínicos y el centro del oncólogo español ha creado una compañía que ya trabaja en moléculas.