Una verdadera pionera. Así fue calificada Margaret Hamilton, la mujer que diseñó el programa informático que se usó en el Apolo 11, la misión que puso al hombre en la Luna en 1969.
En 2016, fue galardonada por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, con la Medalla Presidencial de la Libertad, por su aporte a las ciencias computacionales y la ingeniería de software.
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Margaret Hamilton, quien lideró el programa que dotó del software al Apolo 11, obtuvo una licenciatura en matemáticas y una diplomatura en filosofía en 1958.
Al año siguiente aceptó ser parte del Proyecto de Mathematics And Computers del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), que hoy se conoce como Laboratorio de Informática e Inteligencia Artificial.
Luego formó parte del sistema SAGE, que tenía como objetivo monitorear todo lo que ocurría en el espacio aéreo cercano a los EE.UU., que fue parte vital del Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD).
Su destacado desempeño, reseña la NASA, hizo que sea admitida el mismo día que postuló al Laboratorio Charles Stark Draper del MIT, que iba a desarrollar el programa de las computadoras a bordo de la misión Apolo.
Margaret Hamilton comenzó a laborar el el proyecto, en un panorama en el que aún los programas no eran llamados "software" y todavía se aprendía sobre la marcha.
Según ella, para que el sistema funcione era importante trabajar transversalmente con el "software", con las personas y el "hardware". Es por ello que consideraba que se debía diseñar el programa tomando en cuenta todos estos elementos y sus posibles fallas, con el objetivo de eliminar el riesgo de que fallen durante la operación clave.
Para ella fue difícil que la NASA acepte su posición, pues consideraban que los astronautas no iban a equivocarse. Sin embargo, la agencia tuvo que ceder cuando Jim Lovell, uno de los astronautas, borró todos los datos de navegación de la computadora a bordo en la misión Apolo 8 por introducir un comando errado.
Su trabajo destacó y fue en 1965 que fue designada encargada de todo el proyecto. Llegó a tener a 400 personas a su mando.
La mayor prueba del buen trabajo de su equipo fue el alunizaje que en 1969 puso por primera vez a un hombre en la Luna.
Al recordar aquel día, Margaret Hamilton asegura que estaba enfocada en que el software no fallara: “Pensé más en que: ¡por Dios, el software funcionó!; que en que habíamos llegado a la Luna”, le dijo a El País en 2017.
Hamilton, pionera en unir la ingeniería y el software, afirma que “por supuesto que queremos inspirar a las mujeres a que hagan lo que quieran y sean capaces”, y que por ello deben demostrar que son capaces de realizar tareas que hasta hace algunas décadas solo eran desempeñadas por varones.
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