Existe una gran diferencia en la cantidad casos de depresión diagnosticados en hombres y en mujeres. Según la Organización mundial de la Salud (OMS), más de 73 millones de mujeres sufren de esta enfermedad al año. Sin embargo, esta disposición por parte de la mujer está justificada.
LA GENÉTICA
Es verdad que los antecedentes depresivos pueden facilitar que se desarrolle depresión en la persona sin importar el género. Pero según el estudio de Jill Goldstein, directora de investigación del Hospital de Mujeres en Boston, asegura que la mujer tiene una mayor vulnerabilidad genética para enfrentar situaciones estresantes.
EL CEREBRO
El cerebro de la mujer y el de los hombres es distinto en su morfología. Además las hormonas en el cerebro femenino fomentan una mayor fluctuación de emociones y estados de ánimo, lo que la vuelve más propensa a sufrir un cuadro depresivo en el futuro.
LA ADOLESCENCIA
Antes de la adolescencia no existe diferencia entre niños y niñas al momento de sufrir de depresión. Sin embargo, al llegar a los 16 las mujeres empiezan a padecer un síndrome premenstrual grave llamado “trastorno disfórico premenstrual”, cuyos síntomas son depresión, ansiedad, irritabilidad y cambios anímicos.
EL EMBARAZO
Los cambios hormonales y físicos, la nueva responsabilidad de cuidar una nueva vida, dificultades al concebir o un aborto, son catalizadores muy fuertes de depresión.
LA MENOPAUSIA
La premenopausia es el estado previó a la menopausia y trae consigo cambios físicos y psicológicos que influyen en el estado de ánimo de las mujeres.
LOS FACTORES AMBIENTALES
Las mujeres tienden a experimentar tensión en situaciones que se relacionan con su labor de madre, esposa, vida laboral y hogareña. El estrés prolongado puede conducir a depresión. Además la mujer es más más empática al momento de sensibilizarse por los problemas de seres cercanos.